Todavía existen mujeres que creen que su primer chico, su primera pareja resulta ser “el amor de su vida” (en algunos casos si lo es), están tan seguras de que la relación resultará que no dudan en desgastarse física y emocionalmente por ellos, muchas veces sin importar lo que tengan que pasar con tal de demostrar que son “felices”.

Ella, se había fijado en un chico que a vista de muchos parecía ser el típico galán que conquistaba a muchas y que solo se quería a sí mismo, ella no se daba cuenta, estaba enamorada de Él y no dudaría en pelear con cualquiera con tal de demostrar que estaba tranquila en esa relación. El tiempo y las circunstancias le harían entender que siempre estuvo equivocada.

Él tenía facilidad de palabra, consideraba su éxito con las mujeres como una forma de mostrar a todos que es feliz y que sabe hacer las cosas. Pero hasta el hombre más seguro duda de sus acciones, duda cuando se da cuenta que no todo lo que hace, lo hace feliz. El tiempo y las circunstancias le harían entender que una mujer, justamente una mujer, le cambiaría la vida.

Después de intentar jugar con Ella, como lo hacía con todas, quedó preocupado porque Ella le estaba demostrando lo que muchas no hacían: Seguridad y autoestima. Eso lo noqueó. Y como muchas cosas en la vida, las situaciones se invirtieron. Él buscaba estar con ella, lo estaba haciendo cambiar. Ella buscaba decirle que no, la había hecho cambiar.

Ella y Él volvieron a cruzar sus caminos tiempo después. Ella estaba sola y pensaba que lo bueno se hace esperar. Él estaba solo y pensaba que una buena mujer vendría pronto. Ambos aprendieron que en la vida real: No siempre se puede tener todo lo que uno quiere y menos si se trata del amor.