Escribí sobre la arena tu nombre y el mío dentro de un corazón, las olas llegaron, nuestros nombres permanecieron intactos, en cambio, el corazón que los unía, desapareció por completo. Comprendí entonces que el amor que nos unía se había desvanecido, que lo único que realmente existía ahora era nuestros nombres, nuestras vidas, pero ya nada los unía. Me di cuenta de que así como el corazón en la arena se había desvanecido a causa del mar, nuestro amor también había dejado de existir. Pero, ¿Qué o quién se encargó de borrar nuestro amor? No lo sé.