Habrías abierto la boca para tragar mi hiel?
En la soledad suelo volverme perverso
y en la oscuridad de mis ojos cerrados
te arranco como una flor en el parque
Trémulo aguanto el suspiro mientras te veo derramar el té frío sobre mis zapatos
Alguna vez fue el dulzor, otra ,el escándalo, los perros salivaban al vernos pasear
Hoy, la abulia infinita,
el tormento inefable
la sonrisa sin aroma a damascos
la caricia suspendida
el zumbido del zancudo
el sabor del agua de la llave
Aguanto como el pez en el bote
como el sonido antes del chasquido de dedos
como la escarcha en el techo en primavera
Un segundo me separa de aquel momento
quizás no un segundo, sino un siglo
(Sigue)