La vida es un juego que ya está perdido antes de comenzar a jugarlo.
Y lejos de ser algo decepcionante, eso es lo que le da sentido: disfrutar.
Disfrutar el juego sin apuros, sin egoísmos, sin obsesiones.
Sin perder valioso tiempo lamentándose de lo que pudo haber sucedido.
Y festejar cada logro como si fuera el último, porque de hecho, podría serlo...
Texto agregado el 30-07-2015, y leído por 111
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
30-07-2015
Muy bueno, pero no se puede jugar sin conocer las reglas del juego... siempre se pierde***** jordifont