A veces escribo
y alguien se escuece
por reconocerse
en el dolor o la alegría
que reflejen esos versos
o tal vez
por nombrarles.
Escribir es mi forma
de interpretar el mundo,
de intentar comprenderlo
y a mi con él.
Nadie dice que lo escrito
es -y no- real.
No es fácil / sencillo
señalar las heridas propias
sin nombrar a la dueña
de cada una de ellas.
Permitidme entonces
esta licencia
poética o no
de contaros cómo se ve
el mundo a través
de la tristeza verde
de estos crisoles.
Texto agregado el 27-07-2015, y leído por 194
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