Mis nervios se están congelando, y me están llevando a la más infinita nada. No me divierte hablar con entidades virtuales, mi música la escuchan robots, mis escritos los leen androides, mis historietas las observan autómatas, y mis conferencias son vistas por ojos biónicos. Me estoy volviendo un experto en biónica, tengo que estudiarlos perfectamente para estar seguro de deshacerme de ustedes. Ensayo en el cuarto de mi patio, y nadie me está escuchando, ningún ser humano, únicamente me escuchan seres irreales, hechos de electricidad y no de compasión.

Son una cifra en mi cerebro, todos los seres que he influenciado son artificiales y se han encargado de que la ley desaparezca, de que ya no haya justicia, ni siquiera en las instancias más altas.

Mi mente se congela y estoy sintiéndome incapaz de mover mis manos y mis piernas. Pierdo mi habilidad para escribir, hacer música, dibujar y mostrar mi postura. En mi opinión, todo es detestable; si desaparece la historia, me deprimiría exclusivamente por muy pocas personas.

Casi todos ellos son detestables para mí, no veo que quieran ayudar al mundo, simplemente desean satisfacerse, y debido a esto, de mí no surge ningún tipo de admiración hacia ellos. Evalúen sus movimientos, percíbanlos claramente, recuerden que esto es un juego y ustedes quizás están siendo usados para molestarme, ¿no han pensado que quizás esa es su función, fastidiarme?
Cuando ustedes se mueven, ¿lo hacen efectivamente ustedes, o sienten que una fuerza interna los mueve? La fuerza de la muerte controla todos sus movimientos y los lleva a mover cada uno de sus dedos, los de los pies y los de las manos. Es la muerte el motor de la vida, y nadie lo sabe. Ocúltense más, cámbiense el nombre, váyanse a vivir a una cueva (sin camas confortables para dormir, sin servicios públicos cómodos, y sin protección contra la naturaleza). Dejen a un lado todos sus títulos académicos y sus trabajos, quemen sus diplomas y dedíquense a buscar la comida tal cual lo hacen los animales. Luego coméntenme qué sienten.

Una y otra vez continúo preguntándome si son ustedes seres autómatas, hasta qué punto poseen libre albedrío, y sinceramente no lo veo, pues desde que nos imponen la vida, cada movimiento interno y externo de nuestros cuerpos está regido por una fuerza interior, la cual nos hace huir de la muerte. Si van a hacerlo, háganlo bien, reconózcanlo. Quisiera congelarlos y así desbaratarlos, reconozcan su esencia, biónica, y dejen de fastidiarme, no les pido mucho, simplemente algo que no les importa, que dejen de existir, pues les da igual si existen o no. Es su decisión, yo sólo me guio por sus acciones. Continuaré esperando para evaluar sus reacciones, quisiera que fueran honestos, al menos con ustedes mismos, no se engañen, no se estupidicen, ahora deben cambiar su naturaleza y dejar de ser semi-humanos para ser completamente máquinas, espero pronto que se auto-eliminen ¿Qué les está impidiendo hacer esta acción? Reflexionen en el mar de sus confusiones, sus hipocresías, sus aberraciones y sus alienaciones, ahí encontrarán la salida.