Horemheb Nefer (El egipcio)
Aunque con toda seguridad no fue el primero en ser considerado como un gamberro, el mundo es muy antiguo y se ha dado de todo, si probablemente fue uno de los más distinguidos representantes de la especie, de la especie de gamberros, por supuesto.
Había nacido en Alejandria el año 45 a.c. en pleno reinado de Cleopatra Filopulos Nea Thea, vamos la conocida Cleopatra, la reina aficionadilla a serpientes y venenillos.
Horemheb desde pequeño había sido un niño rebelde e indisciplinado, al que sus padres nunca pudieron controlar y que muy pronto dio muestras de lo que de mayor podría convertirse y que para su desdicha se convirtió.
La sociedad egipcia del momento aunque ya decadente estaba muy bien estructurada y organizada, se respetaban las leyes, estaban orgullosos de su cultura y de sus antiguos preceptos, sobre todo como contrapartida a las ofensivas legiones romanas que les invadían, en definitiva se podía decir que eran respetuosos con sus semejantes aunque estos fueran esclavos, que eso era otra cosa, así que las pequeñas fechorías que continuamente Horemheb llevaba a cabo, no se tomaban ni mucho menos en broma, desesperaban a sus padres y alertaban a sus vecinos.
Como al principio eran pequeñas cosillas las iban tolerando más o menos, hasta que llego a la pubertad en que ya se desmadro, todos, pero todos días provocaba un nuevo disgusto que irritaba a familia, vecinos y amigos.
Una mañana pinto de verde la pequeña pirámide en la que estaban enterrados sus antepasados, hecho francamente serio y no solo por el destrozo sino por lo que representaba de falta de respeto a las costumbres tradiciones de los egipcios con los muertos.
Otro, solo se le ocurrió colocar un gran estandarte en la misma puerta del campamento de la legión romana que acampaba en las afueras de la ciudad, que decía.
Marco Antonio cabezón
vuélvete a Roma mamón
Aunque afortunadamente no tuvo consecuencias porque los romanos no sabían interpretar la escritura en jeroglíficos, era un ejemplo de lo que era capaz de hacer.
Casi todos los fines de semana se entretenía pintando bigotes y cuernos a las figuras y dibujos que adornaban los templos, y por desgracia no todas pudieron ser borradas y aun hoy en día se pueden contemplar alguna que ha quedado por desgracia para la posteridad.
Y así un día y otro, aunque lo más curioso es que normalmente se iba sin castigo, unas veces gracias a la sarta de mentiras con las que hipócritamente se justificaba y las mas porque no le pillaban con las manos en la masa, se libraba de milagro y solo una vez tuvo serias consecuencias sus actividades, fue por el escándalo de las vestales.
Hacia unos años que en Alejandria se había edificado un templo dedicado a las vírgenes vestales con la idea de influir en las licenciosas costumbres que Egipto tenía según la opinión de Julio Cesar., vivían en el 18 jovencitas silenciosas, puras, castas y calladas que ocupaban sus horas orando y en contemplación bajo la supervisión de una suma sacerdotisa.
Bueno, pues a nuestro gamberro solo se le ocurrió colocar una noche en la entrada del templo un gran cartel que decía.
“Atención ciudadanos con motivo de los rituales que celebraremos en honor de nuestra diosa Vesta, mañana ofreceremos sexo gratis a todo aquel que lo solicite”
La fila de egipcios desde primeras horas de la mañana daba tres vueltas al templo, fue un verdadero bombazo social, las autoridades intervinieron y fue castigado a tres meses de prisión con trabajos forzados acarreando piedras desde el Nilo.
Pero Horemheb, no escarmentó, ya estaba lanzado, y no tenía freno, estaba convencido de que él era especial había nacido para reírse y ofender a sus semejantes, idea que le llevo a la ruina, porque tomo la mala decisión de meterse con su reina, con Cleopatra, que no tenía un especial sentido del humor ni mucho menos.
No se sabe cómo consiguió una noche introducirse en las habitaciones privadas del palacio real fue hasta la piscina que utilizaba la reina todas las mañanas para darse su saludable baño en leche de burra como de todos era conocido y la cambio por pintura blanca.
Cleopatra tardo un semana en conseguir quitarse toda la capa que la quedo adherida al cuerpo e incluso algunos dicen que no lo consiguió del todo y que tuvo para toda la vida un color de piel blanquecino que fue en parte el motivo de su famosa leyenda de belleza.
La reacción de la reina, fue terrible, condeno a Horemheb a ser momificado, pero directamente y en vivo sin ni siquiera sacarle las entrañas y otras viscerillas interiores, así que al día siguiente fue devuelto a su familia en un sarcófago para que le guardaran como recuerdo, pero lo curioso es que cuando sus padres quitaron la tapa para darle el ultimo adiós, el muy jodio no se sabe cómo había conseguido dejar una mano fuera concretamente la derecha y colocar sus tres dedos centrales haciendo un grosero gesto, que se supone era para Cleopatra.
Fernando Mateo
Julio 2015.
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