No preguntes, arremete.
No necesitas de mi permiso
para invadirme de cariños.
Mi yo entero a ti se somete.
sin llamados y sin aviso.
Junto a ti solo soy un niño
que ansía solo verte,
haciendo del viaje algo omiso
y del encuentro un desaliño.
No te detengas a preguntar
si lo que quieres puedes alcanzar.
Tu nombre en mi boca es arrullo,
moldear mi rostro en tus manos, anhelo.
De verte, nunca, se cansarán mis ojos,
mis labios en los tuyos buscan consuelo.
Encadenarme a tu corazón
hará levitar cuerpo y alma con pasión,
y hundido en tus caricias eternamente
dejarme seducir por tu decisión
será mi dulce rendición.
Texto agregado el 24-07-2015, y leído por 194
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