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Inicio / Cuenteros Locales / jefferson940 / EL CÁLIZ DE ORO

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-Disculpad princesa que os interrumpa.
-¿Qué queréis? ¿Por qué osas irrumpir mi hora de descanso? ¿Acaso ya ha llegado mi padre?
-Así es, pero temo que las noticias no son buenas, vuestro padre se encuentra en un estado crítico.
-Llevadme pronto donde él se encuentra.

Al encontrarse frente a su padre.

-¿Qué os ha ocurrido padre? ¿Hemos perdido la batalla?
-Fuimos emboscados, nuestras tropas hicieron lo que pudieron, más aún así, pocos pudimos regresar.
-¡Pero qué insolencia! Vuestro ejército debió protegerte con su propia vida. Hey, lacayo, llamad pronto al hechicero.
-Ya está en camino, oh mira, ya ha llegado.

Después de que el hechicero observara al rey.

-Perdonad princesa, pero mis manos están atadas ante esta situación, no hay hombre con poder suficiente para este mal, vuestro padre ha sido herido con una flecha envenenada de magia oscura…
-Sino encontráis solución, ¡serás expulsado! viejo hechicero.
-Ten calma hija mía, ven aquí hechicero, has sido fiel por muchos años, seguro conocerás otra opción que cure este mal.
-Así es, su majestad, Existe solo un mago tan poderoso que os podría ayudar, vive en el fondo del bosque oscuro, hacia el pantano gris… aunque su existencia es solo una leyenda que…
-¡No importa!, mandaré un ejército para traerlo aquí.
-Pero princesa, el peligro sería demasiado.
-Es cierta hija, no derraméis sangre de nuestros soldados, yo ya he vivido lo que tuve que vivir y moriré en paz si nuestro pueblo está a salvo, ellos cuentan contigo ahora.

La princesa intentó convencer a su pueblo, a su ejército, pero siempre obtuvo la misma respuesta, nadie se acercaría a aquel bosque, ni siquiera por salvarse a sí mismo.
La princesa huyó del castillo al bosque, sola, sin importar el riesgo que ello significaba, camino por horas y horas hasta encontrar el pantano gris, ya la noche reinaba junto al frio y la espesa niebla.

-¿Qué es eso? ¿Una cabaña? Creo que he encontrado al mago que mencionaba el viejo hechicero.

Cuando la princesa se disponía a entrar a la cabaña, alguien hablo detrás de ella.

-Detente niña, nadie había sido tan atrevido de llegar hasta aquí, y mucho menos de intentar entrar a mis aposentos.

El miedo invadió su cuerpo que se paralizó durante unos segundos, luego volteo la mirada y dijo decidida

-He venido por ti, necesito de tu magia para salvar a mi padre el rey, el fue envenenado con poderosa magia oscura.
-¿Magia oscura?... Está bien, te ayudaré, ven y entra conmigo.

Al entrar a la cabaña, la princesa observó un cáliz hecho de oro sobre un santuario, deslumbraba ante todo lo demás y llamo fuertemente la atención de la princesa.

-Disculpad mi imprudencia, ¿puede decirme qué es ese cáliz?
-¡Eso! Es el lazo que me une a la cordura y a la paz.
-No entiendo que quiere decir.
-Hace mucho tiempo, yo fui el mejor mago de estas tierras olvidadas, era malvado y codicioso, pero al fin y al cabo era el mejor, pude ser el Dios de este mundo, pero una comunidad de hechiceros encerraron mi poder, la maldad y toda la codicia en el cáliz de oro que ves.
-Pero teniendo el cáliz en sus manos, ¿El poder que guarda sigue siendo suyo?
-¡No!, ahora soy otro, sé que el cáliz tiene la mayor parte de mi poder, pero no invocaré la maldad que también contiene.

El mago intento encontrar la cura durante toda la noche y antes del amanecer le explicó a la princesa.

-Temo que he hecho todo lo posible pero no puedo ayudarte, además, el día está a punto de empezar y mis poderes disminuyen.
-Si es necesario esperaré hasta la siguiente noche, no puedo irme sin una cura para mi padre.
-Está bien, lo intentará nuevamente esta noche, debo irme ahora. No toques nada, y me refiero principalmente al cáliz, porque el poder que tiene es demasiado, pero no se compara con la maldad del mismo.

Pasaron horas y horas mientras la princesa perdía la paciencia y la incertidumbre del estado de su padre agobiaban su espera.

-El tiempo se acaba para mi padre, quizás el poder del cáliz pueda ayudarme… No, el mago me advirtió sobre él, pero… Quizás haya mentido sobre el cáliz, debo arriesgarme.

La princesa llevó el cáliz al castillo pero tal poder no se hizo ver, aún así, no pudo contra el tiempo, su padre el rey, ya había muerto.

-Lo siento princesa.
-Alejaos todos de mí, quiero estar sola con él.

De nuevo llego la noche y dio paso para que el mago regresara a su cabaña.

-¿Pero qué es esto? ¿El cáliz, la princesa? No, no, no…

El mago sintió perder la fuerza de su cuerpo y cayó al suelo atacado por un inmenso e insoportable dolor.

-Princesa, sé que vuestro padre estará orgulloso de ti, yo lo acompañe durante muchas guerras y sé que murió con honor por su pueblo, ¿Por qué has traído ese cáliz al reino?
-Pensé que era la solución para mi padre, pero me he equivocado.

En ese momento, el cielo se torno de color rojo como si ardiera en las mismas llamas del infierno, en el aire se escucho tal grito que aterrorizo hasta el más valiente sobre la tierra. Luego se escucho una oscura voz hablándole a la princesa.

-Te advertí sobre el cáliz, sobre sus peligros, pero osaste hacer tu juicio y pagaras caro tu impertinencia, no importa a quien deba destruir, incluyendo tu pueblo, tu mundo, tu alma.

Una gran tormenta de aire y polvo golpea el pueblo. La princesa y su acompañante salen a las puertas del castillo para observar que está ocurriendo.

-¿Pero qué es esto? ¿Acaso ese cáliz tiene algo que ver con esa voz que acabamos de escuchar?
-No lo sé, yo… solo lo tomé prestado para mi padre.
-¡Insensata!, devuélvelo ahora mismo
-Yo soy la princesa, te prohíbo que me hables así.

Aquella voz del mago retumbaba en cada rincón, cada vez más fuerte, casi infernal. El mago se encuentra frente a la princesa.

-Te advertí sobre el cáliz, ¿Por qué lo tomaste?... ¡Callad maldito!, sabes que ahora soy libre, ahora gobierno tu cuerpo y tu mente… Ahora mi poder está siendo consumido por el mal, mi tiempo se agota con mi voluntad, princesa, debes guardar el… ¡Silencio!, ahora soy yo quien da las órdenes aquí. Entregadme el cáliz ¡ahora!

El mago emana una energía oscura a su alrededor, su piel se ha puesto gris, parece sin vida, una de sus manos frías y tenebrosas se extienden en dirección a la princesa.

-Princesa, no sé si sea buena opción entregarlo, ya has hecho demasiado mal con haber liberado este ser.
-Por ahora no hay mejor opción, debo hacerlo.

La princesa ha entregado el cáliz sin saber que no solo despertó el poder oscuro del mago, sino que además lo ha complementado al entregar el cáliz, la lucha interna del mago entre el bien y el mal ha culminado con la dominación del oscuro y más perverso poder existente.

-¿Creéis ser libre ahora? Estuve encerrado por mucho tiempo pero ahora lo pagaran a mi juicio, tomaré sus almas y arderán junto con mi ira.
-¿Qué fuerza inimaginable se ha desatado ahora princesa? Debemos huir ahora mismo, debéis estar a salvo.

Todas las personas del reino se han refugiado en sus casas al igual que la princesa y el guerrero se refugió en el castillo.

-No habrá lugar a donde huir, mi vista va más allá que solo el horizonte, ahora que tengo el cáliz mi poder es imparable, destruiré todo sobre esta tierra…

El amanecer llega y el cielo recupera lentamente su aspecto de siempre, la tormenta cesa y el mago parece irse desvaneciendo poco a poco.

-Volveré por todos ustedes, lo aseguro.

El mago desaparece llevándose con él el cáliz.

-¿Estáis bien princesa? ¿Sabes por qué se ha desvanecido el mago?
-Estoy bien, creo que… ahora lo recuerdo muy bien, cuando hable con el mago en su cabaña menciono que sus poderes disminuían durante el día, si es así, este demonio regresa en cuanto llegue la noche.
-Debemos huir, no perdamos tiempo, no tenemos como detener esta cosa ahora.
-¿Pero a dónde iremos?
-No os preocupéis, el reino aliado más cercano tiene el ejército más grande conocido por los hombres de este mundo, debemos marcharnos con nuestro ejército para unir fuerzas con ellos, marchémonos ya.
De inmediato la princesa y todo su ejército se dirigen camino al reino aliado del norte, el camino es largo y las horas no compensan el esfuerzo, la noche se acerca y con ella el temor de todos viajeros.
Poco antes de llegar al reino, son sorprendidos por un grupo de soldados de dicho reino.

-¡Deteneos ahí! ¿Qué buscáis en estas tierras?
-Soldado, soy la princesa del reino del sur, hemos venido por su ayuda…
-¿Princesa tú? Por la forma en que viajáis con todo tu ejército al frente, yo podría asegurar que son conquistadores de tierras ajenas.
-Soy el capitán de este ejército, también soy fiel amigo de su rey, y tenéis razón para desconfiar y proteger tu reino de intrusos como nosotros, pero debemos unir fuerzas para destruir el mal que está por presentarse al caer la noche.
-No sois de fiar, es lo que creo, incluso si existe tal mal, ¿por qué venir aquí y traerlo a estas tierras?
-Por que juntos seremos rivales para tal cosa, nuestra lucha no es solo una guerra, es la fuerza que defenderá este mundo de su fin.
-Apuraos, llevaremos escoltados ante el rey, entregad las armas y podremos irnos ahora mismo.

A la mitad del recorrido llega la noche y esta vez si siente más oscura que siempre, el viento comienza a soplar fuertemente y la tormenta de arena oculta la vista de todos, la voz del mago reaparece con un tono de odio como en la vez anterior, esta vez se dirige directamente a la princesa.

-¿Estás ahí princesa? ¿Podrías vivir cargando el peso de la muerte de tu pueblo por tu necedad? Ninguno podrá esconderse de mí, porque mi poder es tan grande como mi ira, puedo sentir su miedo y no hay un lugar a donde huir, me encargaré de destruirlos uno a uno.

-¿Qué fue esa voz?
-Es el mal al que nos referíamos, ahora debemos apurarnos en llegar al reino y ponernos a salvo.

Cuando se disponían a partir, la princesa cae de su caballo y se retorcía en el suelo como si torturaran su alma, empezó a sangrar por pequeños puntos en todo su cuerpo, como una maldición castigando de la peor manera posible.

-¡Princesa!, todos, ayudadme pronto, debemos cubrirla.

Los guerreros se posan alrededor de la princesa quien yacía inmóvil en el suelo, de repente… La princesa se pone en pie y de su cuerpo expulsa una increíble fuerza que lanza bruscamente a todos los soldados a su alrededor haciéndoles perder la conciencia, luego el cuerpo de la princesa se desploma y cae nuevamente al suelo quedando inconsciente.
Durante la noche la princesa permaneció en el suelo, aunque inconsciente, escuchaba los terribles gritos de las almas desgarradas por manos del mago, sintiendo el inmenso dolor que este estaba causando.
La noche fue lenta y llena de sufrimiento, pero no eterna, la luz del nuevo sol dio paso al despertar de los soldados que custodiaban a la princesa.

-¿Qué ha sucedido? ¿Fue aquella voz una terrible pesadilla?... Princesa, ¿Dónde estás? Debemos buscarla.
-¡No!, deteneos ahí, nosotros no buscaremos a la causante de este mal, ustedes han traído la muerte a nuestro reino, no hay lugar aquí para ustedes, largaos ya y no regreséis jamás.

El temor fue más fuerte que el valor de los guerreros, los ejércitos de ambos reinos se dispersaron a sus respectivos reinos, lejos de la princesa, el Capitán de los soldados salió en busca de la princesa, rato después la encontró caminando sola y sin rumbo fijo, su cuerpo estaba maltrecho y se veía en la peor condición posible para una persona.

-¿Por qué has abandonado a tu pueblo? Mirad tu cuerpo, está desecho, permíteme ayudarte.
-¡Dejadme sola! No podéis hacer nada por mí, alejaos.

La princesa cae de rodillas al suelo y sus ojos se prenden en llanto.

-Soldado, debéis avisar a vuestro ejército que el pueblo que defendían ha sido destruido durante la noche, sentí en mi cuerpo todo el dolor que les causo el mago al matarlos.
-Es tarde, el ejército ya se ha marchado re regreso, ahora…
-Entonces sálvate tú, no te me acerques, le daré al mago lo que pide, ya muchos han muerto por culpa mía.

Un anciano que transita por las cercanías se acerca donde la princesa.

-Veo que necesitan ayuda, permitidme ser yo quien se las brinde.
-¿Quién es usted?, ¿Por qué desea ayudarnos?
-Puedo ver en sus almas, y sé que sus causas son nobles.
-Por su bien anciano, mi único remedio sería la muerte.
-La muerte no es solución para nadie, tú valiente guerrero, toma a la hermosa dama y seguidme hasta mi cabaña.

Contra su voluntad la princesa es llevada por donde indica el anciano, este cura sus heridas.
El ejercito del reino del norte busca a su rey y le cuentan todo lo ocurrido.

-Soldado, ¿Puedes explicarme que ha sido esa terrible voz que azoto nuestra calma durante la noche?
-El peor de los males mi rey, en la noche una princesa y su reino vinieron en busca de ayuda, ellos huían del mago dueño de aquel mal, pero ahora todos ellos se han marchado, nosotros estamos aquí para protegerlo mi señor.
-¡Bien hecho!, debéis estar atentos si regresa de nuevo.

La princesa y el capitán permanecen en la cabaña del anciano, el capitán intenta convencer a la princesa de regresar al reino del norte donde se dirigían inicialmente para solicitar ayuda.

-Debemos regresar, el rey nos atenderá y estoy seguro que después de conocer nuestra historia contaremos con su apoyo, solo debemos hablar con él.
-Está bien, iremos. Gracias anciano, has sido muy generoso y aún no sabemos quién eres.
-Eso no es lo importante, lo que importa ahora es que estéis bien.

La princesa y el capitán han regresado al reino del norte que se encuentra totalmente custodiado por su ejército.

-¿Por qué deseáis perturbar la paz de nuestro pueblo? Ustedes no son bienvenidos, ¡machaos ya!
-Debemos hablar con vuestro rey, él comprenderá.
-Retiraos ahora mismo, ustedes no deben…
-¿Qué sucede ahí? ¡Princesa! Eres tú, ¿Qué te ha ocurrido?
-Su majestad, ¿Usted me conoce?
-Por supuesto, he sido un leal amigo de tu padre por más de 20 años, por algunos sucesos nuestros lazos se rompieron y en más de 10 años no nos hemos visto de nuevo, ¿Cómo está él?
-Lamento deciros que mi padre ha muerto, traté de salvarlo con la ayuda de un mago y tomé prestado un poderoso cáliz hecho de oro, del cáliz liberé un poder maligno que ahora nos persigue, nuestro ejército ha regresado al reino del sur, por la amistad que tuvisteis con mi padre, le ruego nos ayude.
-Lo que me cuentas es muy delicado, venid conmigo.

El rey ordeno a todo su pueblo estar preparado para la llegada del mago, muchos fueron apoderados por el miedo y decidieron huir lejos de la princesa.
Por otro lado, el ejército de la princesa ha llegado al reino del sur, inmensa fue la sorpresa al ver las ruinas de lo que algún día fue su hogar, el llanto y las palabras no fueron suficientes para expresar la ira que nació en sus corazones, su única opción fue buscar refugio en otro reino, lejos de la princesa y lejos del mago, su camino fue dirigido así al reino del bosque.
El rey del reino del norte solicitó ayuda de los reinos cercanos, así que toda la ayuda se dirigía camino a este reino.

-Ten calma princesa, he pedido ayuda y viene en camino, así que no habrá nada que temer.
-Gracias su majestad, de verdad gracias.

No tardó mucho tiempo el reino en estar custodiado por todos los ejércitos convocados por el rey, aún así el miedo invadió a todos los presente cuando llegó la noche.

-Como ves princesa, nuestro ejército ahuyentó al mago, ya han pasado horas desde que anocheció y todo resguarda su paz.
-Ojala tengáis razón, su majestad.
-¡Princesa!, que equivocados estáis todos si creen que cederé ante su débil ejército, has tenido suerte hasta ahora pero ni tú ni mil ejércitos podrán destruirme, soy el dueño de lo que has visto y de lo que verás.

Para asombro de todos, el mago reaparece como si se formara de la nada

-¡A luchar por la paz de nuestro pueblo!

Todos los ejércitos unidos se disponen a luchar, pero el mago con su inmenso poder abrió el suelo bajo sus pies y así la tierra se trago la vida de cientos de soldados, luego el reino fue rodeado con una enorme pared de fuego cerrando toda salida posible del lugar.

-Eh ahí una pequeña muestra de mi poder.
-Yo como rey y soberano de este reino, junto con mis soldados defenderemos a nuestra gente con nuestra vida.
-Su majestad, no derraméis más sangre, déjame terminar con esto ya que finalmente fui y quien tomo el cáliz y liberó toda esta maldad.
-No creo que sea así de simple, estoy seguro que su deseo es acabar con todo sobre esta tierra, moriré si con eso ayudo a detenerlo y poner a salvo a nuestra gente.

El mago lanza una gran ola de fuego que arrasa con muchos soldados y destruye todo a su paso, de repente, el fuego que rodeaba el reino se va desvaneciendo rápidamente, aquel anciano que ayudo anteriormente a curar a la princesa se ha hecho presente.

-¿Me recuerdas? ¡Maldito mago!
-¿Quién eres tú? Déjame ver quién eres… anciano… tú de nuevo… ¡No puede ser!
-Así es, no permitiré que causes más daño a esta gente.
-Estando solo no tienes poder para detenerme, la historia no podrá repetirse, tu poder no puede compararse con el mío.
-Tal vez no pueda vencerte en este momento, pero puedo detenerte por ahora.

El anciano golpea el suelo fuertemente con su bastón y usando su poder convierte la noche en día, el fuego termina de desvanecerse y la figura sombría del mago se petrifica convirtiéndose en piedra que luego se desvanece como ceniza arrastrada por el viento.

-Como rey de este pueblo debo agradecerte por haber destruido al mago.
-Aún no ha muerto, por ahora no ha recuperado todo su poder y pude detenerlo solo.
-Una vez más me has ayudado, noble anciano.
-No fue nada, bella princesa.
-Creo que tú sabes cómo detener al mago, ¿cierto?
-Así es, yo soy uno de los hechiceros que unió su poder para detener al mago del pantano gris hace mucho tiempo. El hechizo que he usado hoy servirá para darnos solo un poco de tiempo ya que con él, la noche durará solo la mitad de lo normal, pero no lo detendrá.
-¿Tiempo para qué?
-Para hallar a los demás hechiceros, sé que están atentos pues algún día sabíamos que esto pasaría y debemos detenerlo antes de que recupere todo su poder.

Mientras todos agradecían al anciano por salvarlos con su poder, reaparece el mago nuevamente a plena luz del día en frente de todos y antes de que su figura se desvanezca otra vez, lanza un fuerte hechizo contra el anciano.

-¡Morid! maldito anciano.
-Nooo… anciano, anciano, resiste por favor.
-Temo que mi cuerpo no lo hará, princesa. Prométeme que buscaran a los demás hechiceros, mi conjuro para la noche solo durará poco tiempo, debéis daros prisa.
-Ya es tarde para mí, no perdáis más tiempo, debéis ir pronto a las montañas sin sombra, ahí encontrareis a otro hechicero que os ayudará, el tercer hechicero… esta… es…
-¡No! Anciano, quédate con nosotros.
-No hay nada que hacer princesa, dejad que su alma descanse en paz.

Rato después de despedir el cuerpo del anciano, el rey ordeno dirigirse hacia las montañas sin sombra.

-Pueblo mío, debemos partir ahora antes de que el mago regrese y nos destruya a todos, debemos buscar a los demás hechiceros para terminar con esto.
-Lo siento su majestad, como aldeano de este reino no soy capaz de enfrentar el poder oscuro de ese mago, además, el busca solo a esa princesa y lo mejor será alejarnos de ella.
-Tal vez tengáis razón, pero no se conformará solo con ella, nos destruirá a todos de igual manera, por eso debemos unirnos y cumplir con la misión que tenemos, si encontramos al hechicero de las montañas tendremos más oportunidad de acabar con él.

Después de una larga discusión, muchos se quedaron en el reino por temor al mago, los soldados, el rey y la princesa marcharon rumbo a las montañas sin sombra.
El ejército de la princesa había regresado de nuevo al reino del norte.

-Buen día aldeano, ¿Podéis decirme que ha pasado aquí?
-El mago maldito nos atacó en la noche y lo detuvo un viejo hechicero, pero luego el mago mató al hechicero. El rey se marchó con la princesa que busca el mago y con todos los soldados hacia las montañas sin sombra en busca de otros hechiceros que puedan detener al mago.
-Gracias buen hombre, caballería, ya oyeron todos lo ocurrido, no lograremos nada si solo huimos, debemos estar con la princesa apoyando nuestra gente.

Así el ejército de la princesa parte en la misma dirección. Se acerca la noche y el grupo que acompaña la princesa continúa con su camino en busca del hechicero.

-Su majestad, creo que será mejor refugiarnos en el reino del valle que es el más cercano, ya con la noche en curso debemos estar preparados.
-Tenéis razón soldado, nuestro ejército tuvo muchas bajas y aún nos falta mucho para llegar a las montañas sin sombra.

Al llegar al reino del valle, el rey que acompaña a la princesa ingresa al castillo y narra toda la historia al rey de ese reino, este escucha atentamente y decide ayudarlos, manda a llamar a todos los hechiceros que se conozcan y ordena a su ejército estar atentos para proteger el reino del mago. Rato después algunos hechiceros se encontraban ya frente al rey.

-Ya que les he contado y están al tanto de la situación, quiero saber si ¿Saben cómo detener al mago del pantano gris?
-Unidos todos nosotros los hechiceros podríamos crear un campo que nos proteja, pero no sabríamos que tanto resistirá si nunca nos hemos enfrentado a tal mal.
-La noche ya está aquí, debemos estar listo, contamos con su ayuda poderosos hechiceros.

Todo estaba ya listo, los ejércitos preparados, los hechiceros creando la barrera de protección y finalmente el mago reapareció al llegar la noche. El cielo se tiño de color rojo como siempre y las tormentas de arena y polvo anunciaban su llegada.

-Veo que el anciano hechicero alcanzo a reducir el tiempo de la noche a la mitad con sus conjuros, Tendré que acabar pronto con ustedes entonces.

El mago lanza su poder contra el reino pero no logra dañar a nadie.

-¿Qué es esto? ¿Habré perdido poder? Pero si debería ser más fuerte ahora. ¡Hechiceros! ¿Acaso osan enfrentarme?

Nuevamente el mago lanza su poder con mucha más fuerza y más ira que antes debilitando el escudo que protege el reino.

-Juntos hechiceros, debemos soportar su poder, hay que proteger el reino.
-Hacemos todo a nuestro alcance su majestad, empleamos toda nuestra fuerza para poder protegerlos pero su poder es demasiado para nosotros.
-¡Soldados! Todos preparados para la batalla.

El mago lanza un tercer ataque al escudo, los hechiceros van perdiendo sus fuerzas y su poder y van cayendo uno a uno al suelo sin poder continuar, el escudo se desvanece totalmente y el ejército se lanza al ataque físico contra el mago.

-¡Basta de juegos! Acabare con todos vosotros de una vez.
-No lo permitiré, sabía que regresarías y estoy aquí para detenerte.

Se escucha una extraña voz en el aire que reta el poder del mago, el escudo reaparece protegiendo nuevamente todo el reino.

-¿Otro hechicero antiguo?, ¿eres uno de los 5 hechiceros que encerró mi poder en el cáliz?
-Así es, veo que ahora me recuerdas, no debiste regresar, yo me encargaré en su momento de mandarte donde correspondes.

El mago ataca con su poder al reino pero el escudo los protege totalmente y esto eleva la ira del mago.

-Tal vez no pueda destruirlos esta noche, pero sabes que muy pronto mi poder estará completo y ningún hechicero antiguo podrá detenerme.

El mago desaparece y la noche regresa a la normalidad, el hechicero que los ha salvado hace escuchar su voz nuevamente dirigiéndose a la princesa.

-Reino del valle, princesa, debéis buscar a los otros 3 hechiceros pronto, sin ellos solo puedo ayudarles a resistir un poco durante las noches pero no por mucho tiempo, ya que el poder del mago sigue creciendo hasta conseguir su poder total y en ese momento no podré solo.
-Gracias gran hechicero, soy la princesa y estoy en deuda contigo, buscaremos a los demás hechiceros como nos indicas.

Pasó la noche con su tiempo reducido y al llegar la mañana todo el pueblo continuó su camino hacia las montañas sin sombra y con la protección del nuevo hechicero defensor, algo que no se esperaban durante el día… la voz del mago se hizo escuchar aterrorizando a todo habitante en la tierra.

-Mi poder es ahora suficiente para invocar a las fuerzas del mal, ellas se encargaran de ustedes hasta que yo pueda hacerlo.

El cielo se nubla y de las sombras surgen figuras de guerreros oscuros, en poco tiempo se forma un ejército que es inferior en número al ejército que acompaña a la princesa pero que representa gran peligro para todos.
Estando muy próximos a llegar a las montañas se inicia la guerra entre el bien y el mal, el hechicero usando su poder desde la lejanía volvió a ayudar al pueblo aniquilando a varios de los enemigos, los demás guerreros oscuros cayeron ante las fuerzas militares que vencieron al mal convocado por el mago teniendo varias perdidas en su ejército, pero finalmente la batalla termina a favor del bien.

-¿No creáis que habéis vencido ya? Esto ha sido solo el inicio de mis guerreros con los que los asecharé hasta destruirlos a todos, para la muestra enfrentaos a todos los tuyos.

Poco antes de llegas a las montañas cae la noche y da paso a los poderes del mago, este ha usado su poder para revivir a los soldados caídos tomando sus almas y convirtiéndolos en guerreros oscuros a su servicio, los soldados poseídos que se lanzan al ataque iniciando una nueva batalla, la princesa, el rey y su pueblo se encuentran sorprendidos al ver a sus muertos en pie, y más cuando estos se lanzan a atacarlos, el combate duró un poco más que la pelea anterior, el hechicero no intervino en esta ocasión, ni siquiera se hizo sentir, el ejército del rey venció pero la victoria dejó gran dolor en sus corazones por haber aniquilando a los que una vez lucharon junto a ellos.
El miedo, la perdida de fe y el cansancio eran ya notables en todo el grupo. Durante el resto de la noche no se supo más del mago, ni del hechicero. Todos quedaron perplejos sin saber que había ocurrido hasta la mañana siguiente.

-¿Estás ahí hechicero? Te habla la princesa.
-Ya no hay tal hechicero, ¡solo yo! El mago del pantano gris.
-¿Qué has hecho con él? ¡Eres un maldito!
-Al usar su poder a distancia se ha debilitado y por eso pude sentir su presencia, ya me he encargado de él personalmente, ahora ya no queda quien los proteja.

La preocupación de todos no se pudo ocultar, ya no tenían al hechicero para detener al mago y el pueblo perdió toda esperanza.

-¡Es el final para todos!
-Sí, ¿Qué haremos ahora?, ¿Cómo podremos enfrentarnos a tanta maldad?
-Permaneceos todos en calma, hemos avanzado ya mucho y las montañas están muy cerca, ahí podremos estar a salvo.
-Hagan caso al rey, sus palabras son muy sabias y siempre ha defendido el reino de todo mal.

Así continuaron todos hasta llegar a las montañas sin sombra en donde encontraron al tercer hechicero.

-No tengo como asegurar que todos vosotros terminéis vivos, pero sé que juntos podremos acabar con el mago.
-¿Qué debemos hacer ahora?
-Su majestad, lo primero será encontrar al cuarto hechicero, yo solo no podrá contra el mago.

El antiguo ejército de la princesa había llegado ya al reino del norte, encontraron el daño que había causado el mago.

-Por lo visto hemos llegado ya muy tarde. Hola señor, ¿Puede decirme que ha ocurrido aquí?
-por supuesto, caballero, fuimos atacados por un poderoso y tenebroso mago, hubo muchas muerte, el rey, el ejército y una princesa de otro reino fueron en busca de unos hechiceros para detener al mago malévolo.
-Gracias por la información buen hombre. ¡Soldados! Ya oyeron la situación, debemos apurar el paso para acudir en ayuda antes de que sea demasiado tarde.
-Pero señor, ¿A dónde iremos?
-Debemos hacer lo mismo que la princesa, buscaremos a los hechiceros que puedan detener al mago.

En otro lugar, la princesa, el tercer hechicero y toda su compañía van en busca del siguiente hechicero, el camino es extenso y deben cruzar muchos lugares que podrían ser peligrosos, mientras atraviesan el reino del sol se encuentran con un grupo de aldeanos y habitantes de este lugar que se encuentran muy molestos.

-Aldeanos, he aquí la princesa que busca el temible mago de poder oscuro.
-Soy el rey que acompaña a la princesa en la ardua tarea que se nos ha encomendado, no desatéis una guerra injusta y sin sentido.
-Lo siento su majestad, no es por faltarle al respeto a usted, pero el mago destruirá todo a menos que la princesa este muerta.
-¡Que equivocado estáis todos! La ambición del oscuro mago es destruir el mundo con su enorme poder, ¿Qué haréis entonces cuando debáis enfrentarte a él?
-Yo y mi pueblo sabemos que solo la busca a ella, mi pueblo no permitirá su paso sin pelear hasta terminar esto.
-Pensadlo bien, nosotros no deseamos pelear, nosotros estamos buscando la manera de detener al mago.
-Su majestad, pueden evitar una lucha entregando a la princesa, es solo una vida a cambio de la paz para nuestro mundo.
-Joven aldeano, no entregaremos a nadie como lo solicitáis, yo y mi pueblo se defenderá como debe ser.
-Si no hay un acuerdo entonces… ¡Preparaos aldeanos para luchar!
-¡Alto ahí! Todos bajen sus armas, ¿Por qué habéis desobedecido mis órdenes?
-¿Quién eres tú? Aldeano.
-Soy el líder del pueblo presente su majestad, conozco vuestra historia y misión, mi pueblo duda de que puedan conseguirlo pero yo sé en donde está uno de los hechiceros que encerró al mago en tiempos antiguos.
-Si realmente lo conoces, debes llevarnos ahora mismo con él.
-Claro que sí, su majestad, pero el camino es largo y noto lo agotado que se encuentran, si lo desean pueden descansar esta noche en el reino y partiremos mañana al iniciar el día.
-Tu pueblo no lo tolerara, no creo que sea conveniente para ninguno.
-Yo soy su líder, ellos obedecerán y ustedes permanecerán a salvo, venid conmigo.
-Te estoy muy agradecido, pero… ¿Sabes que el mago ataca durante la noche?
-¡Sí que lo sé! Mi pueblo, su ejército y el hechicero que los acompaña serán suficientes para enfrentarlo, aquí estaréis todos bien.

La noche llego y todos se encontraban preparados para cualquier aparición del mago pero sorpresivamente la noche pasó sin saberse nada de él, la noche duró su tiempo normal, ya el hechizo para reducir su tiempo a la mitad había terminado. La noche transcurrió tranquila y el pueblo del reino del sol creía que se debía al hechicero que los acompañaba, la esperanza de un defensor se deposito entonces en él.
A la mañana siguiente el grupo de valientes se dispuso a continuar su camino partiendo entonces hacia las profundidades del bosque maldito.

-Gracias por la hospitalidad, líder aldeano.
-Veo que necesitaban un respiro, su majestad. Creo que el mago trama algo, si no se presento en la noche puede que nos de alguna amarga sorpresa.
-Pienso igual, es muy gratificante para nosotros que tú y algunos de tus hombres se hallan unido a nuestra causa y nos acompañen en esta peligrosa aventura.
-Juntos podremos acabar con esto muy pronto, mi señor.
-Es cierto, ¿Estás seguro que este es el camino correcto?
-Confiad en mi, su majestad, conozco muy bien mis tierras, no debéis desesperar pues el camino no es nada corto.
-He escuchado que este bosque encierra muchos peligros en su interior.
-Solo sé que debemos mantenernos alertas en todo momento, porque algunos rumores son ciertos.
-¿Son cierto entonces lo que se dice del gigantesco ogro de barro?, ¿y qué hay del dragón de las sombras?
-Me temo que todo eso es verídico, pero este es el único camino que nos lleva hasta el siguiente hechicero.

Llegó la noche nuevamente sin ningún problema ni rastro del mago, todos se preguntaban por su ubicación y por saber qué habrá ocurrido. El mago tenía ahora un nuevo objetivo, busco al cuarto hechicero y no tardo mucho en encontrarlo.

-¡Antiguo hechicero!, he venido a vengarme de ti.
-No me sorprende verte ahora que has regresado, yo también me he preparado para la ocasión.

El hechicero lanza su poder en contra del mago lanzándolo fuertemente y causándole gran daño.

-Desde que supe que estabas libre me preparé para este momento, he creado un conjuro especialmente para ti.
-¡Adelante! No temo a tus amenazas, has tu mejor esfuerzo.

El hechicero realiza un conjuro con tal poder que creó un estruendo que se escucho por toda la tierra y produjo una concentrada luz cegadora, parecía que todo fuera a explotar en cualquier momento, después de un rato el estruendo termino y la luz poco a poco se desvaneció, el mago tenía su forma humana como esta inicialmente antes de liberar su maldad del cáliz.

-¿Qué ha ocurrido?, ¿Por qué estoy aquí?... ¿Y qué haces tú aquí hechicero?
-He destruido la maldad que te poseía, la que fue liberada del cáliz de oro.
-¿Pero cómo es posible?
-Usé un poderoso conjuro para liberarte de la maldad y creo que se ha desvanecido por completo.

De pronto se escucho la voz del poder maligno que poseía el mago mientras el cielo se oscurece.

-No estéis tan seguros de haberme exterminado.
-Huid hechicero, yo enfrentaré la maldad que mi corazón creó.
-No podrás solo, lo enfrentaremos juntos.

El cuerpo del mago es levantado como si alguien lo sujetase.

-¡Soltadme, maldito!
-Tal vez ya no estoy en tu cuerpo, tal vez ya no lo necesito, ahora he hallado un reemplazo.

El cuerpo del mago se desgarra lentamente mientras levita y su voz emite todo el dolor que siente hasta que finalmente el cuerpo es destruido y el mago ha quedado sin vida, en el mundo se oyó su último sufrimiento.

-¿Qué ocurre princesa?
-¿Han escuchado todos eso?, algo sumamente terrible ha pasado.
-Lo sabemos, debemos continuar nuestro camino más a prisa, ¡pronto!, agilizad el paso que este bosque es peligroso.
-¡Ruuaaaggh!, ¿Quien invade mi pantano?
-Es el ogro de barro, ¿Qué debemos hacer?
-Señor del pantano, solo somos viajeros, solo estamos de paso señor.
-El costo por invadir mi terreno es alto.
-¿Qué costo señor?
-¡Comida!, con 10 de ustedes será suficiente para mí, si se entregan los demás podrán seguir su camino.
-Cómo rey y defensor de un pueblo no podemos hacer lo que nos pide.
-Entonces solo los tomaré a todos por mi cuenta.

El ogro golpea fuertemente el pantano y este es lanzado hacia el ejército que son sepultados vivos.

-No lastiméis a nuestra gente…
-¿Me darán lo que les pido?
-¡Nunca!, lucharemos si es necesario…

Cuando todos se disponían a enfrentarse al temible ogro, el hechicero aparece en la escena.

-Dejadlos libres o seré yo quien me encargue de ti.
-No te atrevas a intervenir, los tomaré a todos por la fuerza.

El hechicero usa su poder para convertir el enorme ogro en piedra, luego este se destruye en pedazos, el pueblo ayuda a los que estaban sumergidos por el pantano y se ponen a salvo.

-Gracias hechicero por liberarnos, pero hasta aquí ha llegado mi camino…
-Sí, yo también me marcharé, no puedo con esto.
-Yo también, no pienso arriesgarme más así.
-¿Pero qué os ocurre?, ¿acaso os ha ganado la cobardía?
-¿Pero su majestad…?
-¡Pero nada!, sabéis que moriría defendiendo mi pueblo y que me he entregado a vosotros para su bienestar, si queréis marcharte mejor hacedlo ya, no soporto cargar con cobardes a mi lado.

Muchos soldados y guerreros tomaron su camino, el resto del ejército continúo su marcha con el rey, la princesa y el hechicero.
Después de unas pocas horas la noche terminó, de repente una enorme bola de fuego cayó muy cerca de ellos.

-¡Cuidado todos!, es el dragón de las sombras

Todos usan sus armas para atacar al dragón lanzando mil y mil flechas pero su piel resistente lo protegía de todo ese daño, el dragón da unas vueltas en el aire y se lanza en embestida contra todo el pueblo mientras lanza su letal aliento de fuego, el hechicero los protege con un escudo mágico y apenas pasa el dragón lanza su poder para derribarlo.

-Eso lo detendrá por ahora, nosotros debemos continuar lo antes posible, seguid todos.
-Ya habéis escuchado al hechicero, continuemos ya.
-Así es, su majestad.

La princesa se acerca corriendo hasta el rey.

-Su majestad, no estamos solos.
-¿Otro dragón?
-No lo sé, solo escuchad.

El aire se lleno con un ruido de gigantescas de pisadas que se aproximaban a la gente y que se hacían cada vez más y más fuerte. Era el dragón que se arrastraba para llegar hasta sus enemigos y se disponía a realizar nuevamente su ataque, pero un rayo cayó sobre él destruyendo totalmente su cuerpo.

-¿Quién ha sido?, ¿Lo hiciste tú hechicero?
-No su majestad, yo no me he movido… tal vez…

Detrás de lo que queda del dragón surge el antiguo ejército de la princesa, el ejército del reino del sur.

-Que bueno verlos de nuevo, soldados.
-Lamentamos haberla abandonado princesa, actuamos como cobardes pero sabemos que nuestro lugar en esta guerra es al lado suyo, incluso hallamos al quinto hechicero quien ha sido el destructor de aquel dragón.
-Excelente, solo debemos hallar al último de ellos y podremos terminar con todo esto. Nuestro pueblo tendrá más tranquilidad con la compañía de 2 hechiceros y todos nuestros ejércitos unidos.

Continuaron así su camino durante todo el día hasta que llegó la noche, ya todo estaba cerca de un final. Su camino los llevo por difíciles senderos de cruzar y muchos obstáculos hasta entrar al bosque del olvido, poco después encontraron la cabaña del último hechicero.

-Lo hemos conseguido, encontramos al último hechicero.
-Hola, ¿Soy yo a quien buscaban?
-Así es, soy el rey de este pueblo, y en nombre de todos te pido que junto a los dos hechiceros que nos acompañan destruyan al mago como lo hicieron en tiempos antiguos.
-Conozco la historia, y sé cómo podemos hacerlo.

El quinto hechicero reunió a todas las personas en un mismo sitio, él y los otros 2 hechiceros iniciaron un ritual.

-¡Han caído todos en mi trampa!
-¿Hechicero?... ¡no!, esa voz… es el mago, ¿Qué hiciste con el hechicero?
-He tomado su cuerpo, ahora podré usar mi poder tanto en el día como en la noche.

Uno de los hechiceros usa su poder para detener al mago pero es inútil, muchas personas intentan huir pero el mago crea un muro de fuego alrededor evitando cualquier salida.

-Se encuentran todos a mi merced, robaré sus almas y los destruiré a todos.

Uno tras otro van cayendo al suelo mientras el mago va absorbiendo sus almas, el mago ha invocado a sus guerreros oscuros que inician una batalla dentro de la trampa de fuego, los soldados combaten pero el temor de enfrentar cara a cara al mago y su ejército les ha hecho perder el valor y van cediendo en la lucha a muerte contra el mal.
Del interior del mago se escucho una voz que dio esperanza a todos nuevamente.

-¡Salid de mi cuerpo maldito!
-Hechicero… tu cuerpo es mío ahora, no te atrevas a desafiarme.
-Escuchadme hechiceros antiguos, debéis enfocar todo tu poder ya mismo y usarlo contra mi cuerpo.

Los hechiceros actúan inmediatamente y uniendo todo su poder lanzan un poderoso hechizo en contra del mago que invade el cuerpo del otro hechicero, el mago no pudo contener tal poder.

-¡No de nuevo!, no puede ser…

Finalmente el mago fue destruido y las almas poseídas fueron liberadas dejándolas en paz, las fuerzas oscuras se desvanecieron al igual que el muro de fuego que los tenía prisioneros. Todos regresaron a sus tierras con la tranquilidad de haber vencido al mago y haber acabado con toda su maldad.
Han pasado varios años desde aquel enfrentamiento entre el bien y el mal, se dice que aún en las noches más oscuras se escucha una voz infernal que advierte su regreso a este mundo.

-Volveré por todos ustedes, los destruiré a todos…

FIN

Texto agregado el 24-07-2015, y leído por 39 visitantes. (0 votos)


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