Son tantas las intrigas que en la vida nos hacen olvidar por qué viajamos. Errar es tan humano que se olvida la piedra en el camino, y tropezamos. En pos de la respuesta prometida, asidos a algún molde transitamos creyendo que está afuera la medida pues dentro de nosotros no observamos. Un día al intentarlo vemos poco, abunda oscuridad y no hay criterio, se oculta la verdad tras la mentira. Pensar nos parece algo muy loco, no hacerlo es preocupante y nada serio. Y mientras esto ocurre, Dios suspira.
Texto agregado el 22-07-2015, y leído por 312 visitantes. (9 votos)