Intentaré ser breve, pues ya sé que la gente odia los discursos largos y se aburre (a mí me sucede lo mismo). No sé por dónde empezar con precisión, pues ahora mi mente está repleta de tantas cosas, sean relevantes o no, pero lo único de lo que tengo completa seguridad es que ya no soy la misma persona que llegó a este sitio hace dos años. He cambiado, no sé si para bien o para mal, y desconozco además el grado de evolución (o involución) que he logrado; aparte de que, llevando a cabo un balance de actos que he cometido últimamente, no puedo afirmar si las acciones de las que me arrepiento superan a las que me producen satisfacción. Sólo puedo declarar, ante ustedes, que no tengo el menor remordimiento de haber comenzado a publicar, aquél lejano día de julio de 2013, mis cuentos, poesías y ensayos, en esta página. La razón de ello es muy sencilla, y muchas ya la conocerán: he encontrado aquí a grandes literatos, a entrañables amigos y a gente con la que comparto la misma pasión por las letras. Sin importar la nacionalidad (mexicanos, argentinos y españoles, en su mayoría), me siento tan cómda con todos ustedes que he olvidado la presenci de barreras físicas y geográficas, siendo sustituídas por lazos de unión y solidaridad. Así pues, sólo deseo, pronta a cumplir los 25 años, seguir más tiempo con ustedes para ciompartirles mis historias, del mismo modo en que ustedes las comparten conmigo. Les deseo un buen día y que también continuén a mi lado como hasta ahora.
Atte.
Romina G. Ruiz, alias “Arenyndriel”
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