-El frio acompaña la noche y el silencio crea un ambiente de querer estar en casa, sí… esta noche es idéntica a la de hace tantos años, lo recuerdo todo como si hubiese acabado de suceder hace un momento.
Aquel día, junto a mis amigos, esperábamos como siempre a nuestra víctima, ya que era un día sagrado para nosotros y para nuestra secta.
-¿Quiere decir que ya era una tradición para ustedes?
-Así es, tuvimos que esperar poco tiempo hasta que paso alguien solo, luego lo abordamos y en nuestro carro lo llevamos hasta lo que llamábamos nuestro cuarto oscuro…
-¿Habían más grupos o solo ustedes?
-¡Muchos más!
-Ósea qué, por ser un día especial para ustedes, ¿Cada grupo llevaba a su víctima?
-Sí, después de estar todos reunidos dábamos inicio con el ritual, hacíamos contra rezos donde jurábamos lealtad y total entrega, siempre al servicio eterno… luego finalizábamos con el sacrificio de nuestras victimas.
-¿Nunca tuvo miedo de ser usted la victima?
-No había ningún riesgo, cada miembro era parte de una familia que se cuidaba entre sí.
-¿Una familia?
-Así es, una familia…
-¿Y fue ahí cuando pasaste la prueba de iniciación?
-Sí, pero fue solo el principio, pero cada vez los números de victimas crecía más y más, ya no había paso atrás.
-¿Querías dejarlo?
-Ya era inútil, si me apartaba dejaba de ser parte de la “familia” y pasaba a ser entonces un traidor.
-¿Cuánto tiempo duraste así?
-5, 6 meses, creo… luego tuve que pasar nuevamente por otra prueba, esto solo para subir de rango.
-¿Qué prueba era?
-Bebíamos la sangre de nuestras victimas, esta etapa duró unos 4 meses hasta que empecé a sentirme extraño como si mi cuerpo pidiera más y más sangre para saciarse.
-¿Pero cómo pasó todo eso?
-Durante los rituales, mi cuerpo se adaptó a beber toda esa sangre de aquellos extraños, cuando no lo hacía, mi cuerpo parecía deteriorarse, sentía desvanecerme, consulte, investigué, leí pero nada explicaba que me pasaba.
-Entonces, de ahí nace la sed de sangre, pero… ¿Otros se sentían igual que tú?
-Fui el único hasta donde supe. Tiempo después tuve que alimentarme por mis propios medios, ya no era solo lo que bebía en los rituales, así las victimas y su sangre serían solo mías, durante uno de los rituales algo se salió de control…
-¿Qué ocurrió?
-No pude controlar mi sed, comencé a atacar a mi propia “familia” sin importar quienes eran, tome toda su sangre y cuando recuperé la razón huí lo más lejos posible, pasaron días y días sin saber nada de ellos, yo seguía alimentándome por mi cuenta pero mi cuerpo estaba cada vez peor, un día caí al suelo y fallecí.
-¿Moriste?
-Sí, ya internamente mi cuerpo estaba muerto, pero la sed continuó cada vez con más fuerza y más seguido.
-Estando muerto ¿Cómo era posible que tu cuerpo pidiera más sangre y que también te pudieras mover?
-No sé si es una maldición, no sé cómo explicarlo, pero beber sangre es por lo único que existo ahora. Poco a poco fueron pasando los años y supe que mi antigua “familia” se había destruido entre sí, tal vez les pasó lo mismo que a mí, no lo sé… ya son 235 años desde aquel día.
-¿250 años?, ¿me lo estás diciendo en serio?
-Por supuesto, no te mentiría, pues no me gusta ser descortés con la cena.
-Espera, no, no, no…
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