Ansiedad

No sé si es un sueño o es una locura:
quiero tu presencia cada día más.
Tener tu ternura, sentir tu cariño,
disfrutar la paz que exhala tu cuerpo.

Empolvar mi sino con las tiernas frases
que de tu garganta llegan a mi oído.
Recorrer caminos, ascender montañas,
aspirar el aire que guarda tu pecho.

Y mojar mi cuerpo con tus mismas aguas;
y llenar mi tiempo con las melodías que alegran el tuyo.
Y besar tu rostro, que tiene el destello
del rostro más bello: el de nuestro Padre.

El que tú reflejas cada vez que llegas
encendiendo luces a tu alrededor.
¿Es acaso mucho, lo que yo pretendo,
al querer tu vida unida a la mía?

Es oscuro el día, fúnebre la noche,
si no tengo el brillo de esos ojos tuyos
que son un colirio para mis sentidos,
que dan claridad sobre las tinieblas.

Sin tu presencia
que es pasto tierno para pies descalzos.
Y sin tus sonrisas que alegran mi vista,
que son alimentos que nutren mi cuerpo,
¡Que son agua fresca que calman mi sed!

Alberto Vásquez.