Apenas ha pasado un día
y ya siento un poco la melancolía
combinada con euforia y empatía,
como si amara tanto a mi prójimo
al punto de que podría quebrarlo
de tan fuerte que lo abracé...
Pero aclaremos un poco esta locura;
no es que la haya tenido todo el día,
si no mas bien toda la noche,
noche en donde la oscuridad,
la luz ficticia,
el cafecito,
y unos cuantos pancitos duros
han acompañado esta retorcida alegoría.
Y si bien sé que esta locura se irá,
lo hará en el momento en que aparezca "ella"
(Si, "ella", refiriéndome a una mujer en específico)
con una pequeña señal,
siendo esta misma la que me de cuerda,
la que me deje cuerdo...
Quiero decir...
Me bastan apenas unas palabras suyas,
ya sean de su voz o sin su voz,
para traer de vuelta la cordura a mi vida,
para tener nuevamente los pies en la tierra...
Pero que fome "los pies en la tierra" diría la gente
pues lo dirán así porque no me entienden,
porque cuando tengo los pies en la tierra
es cuando me doy cuenta, que es la misma tierra
donde está parada "ella",
y me siento como si apenas
estuviera a "unos cuantos pasos"
de alcanzar sus besos, sus abrazos
sus frases "no clichés" que solo nosotros entendemos...
Meloso... meloso me pongo.
Es que cuando la extraño, me gusta ser meloso a propósito,
me gusta regalar cariños, decirle al mundo lo que me pasa,
gritar por las calles que estoy enamorado,
como suelen decir y hacer aquellos que andan melosos.
Y así meloso y todo, quizás lo anterior no importe mucho,
quizás es solo palabrería, para mostrarte,
para decirte "mira quien ha llegado a escribirte",
y aunque fuera así, como dije,
"quizás lo anterior no importe mucho",
lo que importa es que esto que escribo
surge porque existes,
porque estas ahí
viviendo, y regalándome una sonrisa
cada vez que tengo la oportunidad
de ver tu carita
por alguna pantalla,
por algún medio,
o de algún modo...
Y con eso me llenas el corazón.
Soy feliz. |