Un sol de hace tanto,
Viví en la negrura de tu mirada subrepticio sin ver el resplandor,
Y el tiempo me salvó.
Perdí de vista al cielo y sentía que menguaba, porque mi piel al sol se secaba.
Entré en un piélago, nadé hasta tus pies y como un pez me sumergí
De mi salio todo el odio y el rencor como si fuera una tormenta escondida,
Me siento vacío y sin tiempo,
Hubo un sol que se asomó inconmensurable y luego se escondió
Había pasado ya, mis ojos se cerraron tantas veces porque deseaban morir,
No se quien soy ahora,
No me queda tanto tiempo por descubrir,
(Entonces corrí con desespero
y estaba sediento en el desierto)
No había salido de mi casa, -vi tantas cosas cuando salí antes- pensé
Estabas tú en medio, después de años sin remedio, sin vuelta atrás, sin poder recalcitrar en tantas cosas que dije y que pensé, que hice y que hiciste. Quedé varado en medio y te vi a lo lejos, vehemente te acaricie con la mirada y de reojo me señalaste en tu próximo desprecio. Acrecentaban mis deseos de poseerte por última vez ahora si, tomarte en la noche cuando todos se fueran, y besarte los muslos, y que sonrieras en la oscuridad, deseaba fueras mía una última vez.
“En el último sol, el último rayo tal vez exista esa esperanza”
“ya es tarde,” me dices “antes no lo era” y pensé – ¡dejé pasar tanto tiempo! ¡¿Por qué dejé pasar tanto tiempo?!-
“Tarde será cuando hayamos muerto, ahí si será tarde” |