La trama de los que odian
no es más que una grotesca parodia
de obsesiones permanentes.
Un recuerdo perdido,
la búsqueda de un suceso olvidado,
empiezan a perseguir
como hambres desaforadas
que hunden en mundos imaginarios,
de frustración,
el carácter de los personajes incompetentes.
La pasión amorosa, el elemento erótico
se tornan enemigos,
lo mismo que el incierto futuro,
muchas veces irónico y terriblemente fatal.
Por eso él, apático,
disparó contra el porvenir,
desatando una nueva tormenta,
que más tarde repudiaría,
por haber roto su imagen casera.
Lo interrogaron severamente,
pero rehusó comentarios,
su mutismo duraría mas allá de la muerte.
El silencio fue su venganza.