He venido a decirte algo,
pero no sé cómo. No sé cómo decirlo,
pues el solo hecho de pensarlo me hace daño.

Y es que hora tengo la puta manía
de echarte de menos
de buscarte en todos los inviernos que hemos vivido
de cruzarme contigo y no reconocernos.
Ahora lo nuestro sabe extraño,
parece haberse quedado atrapado en un cuento,
un cuento donde yo cuento los días uno a uno,
y todos son el mismo: el mismo lunes, el mismo martes,
el mismo todo.

He venido a decirte algo
que me gustaría ya supieras,
y ahorrarme así el trago amargo de tener
que explicarlo. Porque explicar –entre nosotros-
es sinónimo de justificación, y no creo que ninguno
deba justificar nada.

Esperar a que nos llegue el miércoles,
o el jueves o el viernes, no coincidir el sábado
y a malas penas el domingo, es entrar en un bucle
obstinado y maléfico, un mal endémico que nos
ha contaminado. Nos envejece a toda prisa
y ha carcomido este idilio tuyo y mío.

He venido a decirte algo,
tal vez porque tengo
la puta manía de echarte de menos.


Lunay - Borealis de Poesía 2015 ©