LIBRE ALBEDRIO
De siempre había sido un ferviente defensor de que a las personas debe siempre respetárseles su capacidad de elegir y de tomar sus propias decisiones, su Libre Albedrio.
Esta había sido siempre su filosofía de vida y hasta el momento no había tenido ningún contratiempo y había sido feliz, se llevaba bien con su mujer, habían tenido tres hijos que ya superaban la adolescencia y a fuerza de mucho trabajo y sacrificio habían conseguido tener una pequeña finca agrícola y una granja en la que criaban gallina, conejos, algunas ovejas y tres o cuatro vacas.
Todo iba viento en popa sin mas problemas que los normales que van apareciendo en la vida.
Pero de un día para otro esta tranquilidad se trunco. Todo empezó una mañana en la que acababan de desayunar cuando su mujer le dijo.
“Mira estoy contenta con la vida que llevamos, pero he notado que me falta algo y no me siento completa, deseo algo que no tengo y que quiero tener y que espero, como nos has dicho en muchas ocasiones no me niegues”
“Pues claro” fue la automática respuesta “Ya sabes que tanto tu como todos sois muy dueños de tomar tus decisiones, haz lo que te apetezca”
“Estupendo” respondió ella “A partir de mañana se vendrá a vivir a la granja un joven que he conocido en el pueblo y que voy a compartir contigo, veras que sol de hombre”
No supo que contestar, de pronto se encontró aprisionado por sus creencias, pero como ella tenía derecho a ejercer su Libre Albedrio, esbozo una amarga sonrisa y acepto la propuesta.
Ni que decir tiene que la vida para él empezó a ser sino un infierno si algo parecido, en su cabeza se entremezclaban una serie de pensamientos encontrados que no eran coherentes entre sí, pero claro concluía al final “El Libre Albedrio es sagrado“
No había pasado aun un mes del suceso anterior cuando fue su hijo mediano, que tenía entonces unos quince años, cuando de sopetón le dijo.
“Papa, quiero que sepas que a partir de mañana ya no voy a cuidar a los animales ni me voy a encargarme de ninguna de las tareas agrícolas, porque he decidido hacerme filosofo/anacoreta y dedicarme solo a pensar, voy a hacerme una cabaña en un extremo de la finca y me voy a aislar de vosotros y del mundo y no quiero que a partir de ahora me molestéis”
Se mordió los labios, pero se controlo, había que respetar el Libre Albedrio de su hijo.
“Muy bien hijo, si es ese tu deseo”, acertó a decir.
Pero no acabo la cosa aquí, parecía como si se hubiera abierto una extraña veda de decisiones en su familia, esa misma tarde su niñita, su querida hijita le abordo al entrar en la casa y le dijo.
“Papa me he hecho vegana y ya sabes que los veganos no solo no comemos animales ni sus derivados, leche, huevos, etc, sino que además estamos en contra de su explotación, solo comeré a partir de ahora verduras y no me acercare a los corrales para evitar la tentación de soltarles, pues me parece mentira que seáis tan crueles con los pobrecillos que nada os han hecho y que los estáis explotando para vuestro provecho”
Esta vez ni se mordió los labios, agacho la cabeza y digo muy bajito “Bueno vale, vale”
“Menos mal” pensó “Aun me queda mi hijo mayor que está totalmente integrado con las labores de la granja y que es mi principal apoyo para sacar esto adelante”
Pero también se equivoco ya que unos días después llego corriendo a casa y casi si respirar le dijo.
“Papa, me he integrado en una comuna ácrata de libre pensadores, a los que he invitado a que vivan en el cobertizo que está detrás de la casa, me voy a dedicar en cuerpo y alma a este magnífico grupo, así que no cuentes ya conmigo para nada”
Esta vez casi no se le oyó decir “Si es ese tu deseo adelante, ya me apañare”
En los siguientes días cayó en un aturdimiento total, es verdad que toda su familia había ejercido su Libre Albedrio, pero a él le habían dejado hundido y aunque quería respetar sus decisiones empezaba a plantearse si no estaban abusando de sus derechos.
Pero se repuso y siguió tirando del carro de la finca, trabajando el solo para todos como si todo fuera normal.
Pero un extraño contagio había inundado a su pequeña comunidad, pues en las siguientes semanas, fueron los animales los que también empezaron a tomar decisiones por su cuenta.
Las vacas decidieron dejar de leche de vaca y dar leche de soja (Que no tenia buena comercialización)
Los corderos se negaron a comer pienso y querían que se les alimentara con productos cárnicos, principalmente con salchichón y chorizo (Que encarecía mucho su mantenimiento)
Las gallinas decidieron por su cuenta poner huevos de pascua (Que tenían difícil venta fuera de época)
Y los conejos no querían comer zanahorias sino yogures con frutos del bosque (Que era disparatado)
Y ya no pudo mas, había llegado al límite, se encontraba en un callejón de su salida, las cosas no podían seguir así, todo se había desmadrado y se vio obligado a tomar una decisión que le dolió al atentar con sus creencias, pero que estimo era la única factible.
Reunió una mañana en el patio a toda su familia y a sus animales y en voz segura le dijo
“A partir de hoy el Libre Albedrio en esta familia ha sido abolido, así que escucharme”
“Marta” su mujer, ”Tienes una hora para mandar a hacer puñetas a ese jovencito que anda por ahí”
“Luis” su hijo mayor, “Antes del mediodía, quiero que salgan de la granja toda la panda de guarros de tus amigos y a ti te quiero ver ordeñando las vacas, pero ya”
“Martita” la niña, “Ni animales sufriendo, ni leches, ahora mismo te vas al corral matas dos gallinas y te pones a cocinarlas para la comida”
“Julio” el pequeño, “Ni anacoreta, ni historias, quemas la cabaña y te pones a recoger judías del huerto”
“Y a vosotros” a los animales que escuchaban atentos “Se han acabado las idioteces el que no cumpla desde ahora mismo con su naturaleza o va a la cazuela o le vendo en filetes”
“¿Esta claro para todos? Pues venga andando”
Y fue mano de santo, todo volvió a la normalidad, la familia retorno a sus anteriores comportamientos y ningún animal se atrevió a no comportarse como de ellos se esperaba. Ahora eso si había tenido que sacrificar EL Libre Albedrio.

Fernando Mateo
Junio 2015