Belleza hay en tus ojos cuando miras un niño que sonríe mientras juega, y en la luna creciente cuando llega al cielo que en silencio tanto admiras. Belleza hay en tu rostro si suspiras ante la magnitud que a veces niega aquel que no comprende y que reniega, del sol cuando aparece tras sus giras. Lo bello y luminoso no se aprehende existe solamente si se aprecia, la vida desplegando su escenario. El ser que nos habita lo comprende y pese a que la mente aún es necia jamás del existir hace inventario.
Texto agregado el 11-07-2015, y leído por 275 visitantes. (5 votos)