La Noticia.
Celeste dejó al doctor con la palabra en la boca y salió corriendo del hospital al confirmar que sus conjeturas eran ciertas, que el haber tardado para ir al médico había traído sus ramificaciones, de que esos hincones en el seno izquierdo no eran solo producto de la regla, que pronto moriría de cáncer.
Eran casi las tres de la tarde, el sol estaba muy caliente y de seguro ese día hubiera resultado ser igual a los demás si no fuera porque ahora sabía que sus pesados amaneceres estaban prácticamente contados.
Desesperada por la mala noticia se percató de que esas zapatillas le produjeron ampollas y paróse en medio de la carretera…
Si bien era cierto que Celeste a sus treinta años estaba cansada de la monotonía y hasta llegó a desear alguna enfermedad para llamar la atención de su esposo, no estaba preparada para esto, pues no era morir lo que deseaba, sino vivir emociones diferentes, y aunque para su madre ella era una mujer realizada, Celeste no se sentía así, pues primero entendía que la preparación no consistía en lo que se debe hacer para ser socialmente aceptada, sino en lo que se quiere ser para obtener la felicidad absoluta; segundo, había nacido rica cuando hubiera preferido ser pobre y haber luchado por el día a día, y tercero, su madre, una frustrada mujer producto de haber visto partir a su padre a la provincia de Santiago Rodríguez acompañado de su nueva amante, quiso moldearla a su manera, tanto así que la obligó a unirse en matrimonio con Mario; un aburrido hombre demasiado adulto para su edad.
Una agitada voz la hizo volver a la realidad: _ ¿Está loca? ¡Aléjese de la carretera! _ Le gritó un iracundo conductor segundos después de casi atropellarla. Apartóse de la misma y avistó entonces los satíricos rostros de los transeúntes, pero ya no sentiría cortedad alguna; más bien unas sensaciones se infiltraron en todo su ser. “no seré yo una de las tontas que se quedan a recibir quimios, sufren y finalmente mueren”
Con una sonrisa algo maquiavélica y como quien trama algo al mismo tiempo que lo ejecuta, miró a su alrededor, se agachó lentamente, se quitó las zapatillas y corrió como enajenada por todo el lugar con la única y nueva idea de no volver jamás a su antigua vida.