Afirmo sin dudar
que tus ojos son como el mar infinito
aunque se que su color es indefinido
tras esos lentes
de hilvanar cansancios
Y digo tu boca
es caricia matutina del rocío
sobre claveles humedecidos
aunque en ellos hay una mueca
de silencio constreñido
al vocablo silenciado.
Percibo tus senos y tus caderas
como curvaturas perfectas
aún llenos de maternales surcos
de todo lo bien nacido
o aún lo mal parido
Es por eso amor mío
que he hecho firme propósito
de jurar que te amo
con versos revoltosos
Pertrechados de cánones
liberados
de la avidez con que el tiempo
consume la belleza.
Texto agregado el 05-07-2015, y leído por 196
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