Todo al comienzo es flor de piel y así fue hasta cuando comprendí que eramos demasiado diferente…

El gran error ni siquiera fue el lio económico aunque eso me aplastó muchos años, lo más fuerte es ver y comprender que él nunca aceptó a mi hijo mayor, con el tiempo esas diferencias fueron creciendo y mi corazón literamente triste y agonizó.

Creí que decirle a alguien que uno igual quiere mucho que ya no lo deseas era demasiado cruel, sin embargo me ví en la obligación de hacerlo porque no podía hacerle perder el tiempo, él tiene el derecho de rearmar su vida y yo liberarme de esto que me tenía deprimida al máximo.

Ahora somos amigos en un mismo techo, raro caso, que ignoro cuanto durará, pero solo sé que hoy estoy tranquila y entonces puedo ver otras cosas que quisiera relatar aquí.

No ocurre a menudo pero cuando te gusta a alguien y para rematar esa persona jamás optará por ti, lo hace atrayente y solo te hace ser fuerte y solidaria, comprendiendo que amar verdaderamente es más solidario de lo que uno cree, todo lo soporta y jamás pensarás en hacerle mal, así entonces solo vibro cuando embobada por su presencia, sus besos me envuelven, su mirada me enloquece y recibo con ardiente humildad su espasmo eyaculador.

Creo que cuando sea más mayor no tendré nada de eso, ya no tendré un compañero permanente, tampoco tendré tus abrazos embriagantes de cuando en vez, tampoco tendré fuerzas para ir a verte a escondidas sin que te des cuenta, seguro mis hijos formarán sus propias familias y terminaré sola en un humilde hogar de ancianos, pero hay algo que jamás me quitarán y será todos estos recuerdos, aprendizajes y comprensiones.

Los intentos de estar casada 17 años y el fracaso que solo da firmeza y sabiduria
Los intentos por lograr que me amaras y que dejarás todo por mí
Los intentos por comprender que los amantes no pueden cometer errores y deben ubicarse
Los intentos por gozar los múltiples orgasmos que tuve y que ellos (han sido pocos) también lo sintieron plenamente.

Tampoco olvidaré el amor genuino que tuve al unirme a los padres elegidos para tener a los hijos que tengo.

Tampoco olvidaré que atraída por esa energía perfecta últimamente he entregado lo mejor de mí y me he fundido en la unión de los cuerpos para gozar sin límite.

Sin embargo, el amor que siento por aquel que jamás podrá ser mi compañero hace que de cuando en vez miré al más allá preguntándome, por qué no lo conocí antes o por qué solo él quiso el placer del cuerpo y no el amor.

Bueno, ahora soy soltera otra vez….
Entonces avanzaré sin mirar para atrás, porque la alegría de comenzar es más grande que recordar los errores de danza del pasado que podrían detener tu vida y sentir frustración.