Y así pasamos la noche ....., conversando,
a ratos con voz suave, susurrante
para contarme de sus últimas experiencias,
de sus sentidos encuentros
con otros corazones de manos y esperanzas agrietadas.
Alzaba la voz sin llegar a mayores
cuando me creía desatenta
y cuando me hablaba de su niña y de su niño
que por aquí quedaron en su ausencia,
como tratando de justificar alguna responsabilidad
de sus juegos de niños por nuestra geografía
cuando ella estaba de viaje.
Intuí que está en un momento de paz,
tal vez de reconciliación,
no desató su furia, no gritó roncamente
y no encendió luces apuntando culpables.
Creo se allegó en actitud reparadora.
La segunda noche……,
la conversación nocturna fue subiendo de tono.
Tal vez dolor escondido,
algo de remordimiento por la falta cometida,
la irresponsabilidad inconsciente en su momento
que hoy se asoma al consciente y duele.
Así y todo, aún quedas en deuda.
Solo tu llanto no basta
para reponerme de tu larga ausencia de aguas.
Deseo más.…..,
que me convenzas de tu arrepentimiento.
Quedo a la espera que envuelvas mi habitación en tus luces
y secuestres mi alma triste
y la liberes en el pasacalle celeste,
solo ahí estaremos al día
y podremos comenzar nuevamente sin reproches una nueva vida.
jdp
(Nota de la autora: en Chile llevamos años de sequía, los inviernos en la zona central, son de poca lluvia, no como hace 20 años atrás y lo que aquí describo, es uno de los últimos encuentros lluviosos, creo que por el 2011) y ahora hemos llegado a julio, sin gota de lluvia y es desesperante. |