En este mundo, lleno de encuentros causuables
cercanamente lejanos y lejanamente cercanos,
coincidieron, por causualidad, tu alma y la mía.
En el equilibrio del tiempo, del espacio, de las horas, de minutos,
de milésimas de segundos….
En ese equilibrio en que se unieron tu alma casual y mi alma causal,
se conjugaron mis verbos y los tuyos,
se mezclaron tus palabras y las mías,
se enlazaron tus sueños y los míos,
tus viajes y los míos, reales o irreales,
se entretejieron sonrisas y risas,
honestas y transparentes,
que aun hoy permanecen como voces eternas y ruidosas,
adheridas a nuestra piel y a nuestros corazones
que hablan sin hablar, que gritan sin gritar,
que se miran sin mirar y que callan para oír….
se dividieron tus diferencias y las mías, tu casualidad y mi causalidad
para mezclarse, después de tantas frases dichas y no dichas,
y finalmente unirse en una sola causua: nuestra causualidad! |