A MI BLUSERA EN “ DO ”
Soportaste mi falta de respeto
al hacerte sonar desafinada
en mis intentos de tocar un tema,
hasta que a fuerza de paciencia y de saliva
cual moraleja chabacana, un día,
logré algo que sonaba parecido,
a eso que escuchaba en mi cabeza.
Me animaste a continuar
y lentamente,
nos hicimos compañeros,
casi hermanos
compartiendo tristezas y alegrías,
vos poniendo el sonido y yo el intento
“Cerezo rosa”, “Algunos de estos días”, “Jambalaya”,
“ La Bamba”, nos llevaron mucho tiempo de insistencia,
y poco a poco, con pudor de diletante,
te arranqué mis propias melodías.
Mi pequeña blusera, vieja amiga,
vos me sucederás, yo solo espero,
que aquel que sea tu futuro dueño
te saque un tango que yo nunca pude,
para escucharte desde el cementerio
neco
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