Madrugada de hielo…
te levantas agarrotado con la mente congelada,
tenue neblina gris en el salón,
en los pasillos,
calientas un poco de agua para el café,
te preguntas donde esta… o si fue una alucinación,
escuchas un ruido de puertas,
un balbuceo y una risa,
no lo imaginaste… ella aparece,
pelo mojado toalla ceñida al cuerpo,
tranquila,
“Lindo lugar el que tienes” dice,
sacas otra taza y calientas más agua,
la observas interesado,
para ver si recuerdas algo significativo,
y solo aparecen imágenes confusas… entonces ella pregunta,
- Ese monstruo encerrado al fondo del pasillo… con que lo alimentas?
- Viste algún ratón en la casa?
- No. Por suerte – responde un tanto nerviosa -
- Si… por suerte solo come ratones – agregas monótono -

Y lo descubrió… aquí vas otra vez.