No sé bien qué es lo que lleva de la almendra a la pasa de uva...
no sé bien qué es lo que lleva de la montaña a la planicie...
no sé bien qué es lo que engrandece la simpleza...
Mas sé que adoro admirar hasta lo insignificante...
y sé que los arrebatos, las visiones,
las palabras entre líneas, las miradas que se rozan...
todo aquello producto de un instante efímero,
hacen de la vida algo maravilloso.
Y así sigo sin saber por qué te adoro,
pero es tan bueno hacerlo
que no puedo siquiera detenerme a cuestionarte.
Texto agregado el 05-09-2004, y leído por 144
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