PUERIL INTENTO
Con voz trémula por la desesperación pronunció las palabras mágicas que otrora le redituó la ovación lisonjera y exagerada. Hizo los pases cabalísticos sobre su sombrero de mago en decadencia, metió la mano y sacó un conejo peludo. A punto de lloriquear el mago aquel se concentró al máximo y repitió por enésima vez el ritual de los verdaderos grandes magos. El mismo resultado… ¡Un conejo orejón! Rompió en llanto, estaba visto que su magia ya no le alcanzaba para conseguir la estridente adulación a la que estaba acostumbrado. Pero aún le quedaba una paupérrima audiencia comandada por aquella anciana dipsómana que lo vitoreaba a rabiar y quien a grito en cuello le pedía repetir sus éxitos de antaño. ¿Por qué no? —Se dijo el mago.
Si en otros tiempos sin conocer la aportación psicológica del Gran Tamariz, creador del “método de las pistas falsas” al ilusionismo, había logrado eliminar en su público el deseo de analizar su obra, lo cual potenció el efecto ilusorio de su decir y hacer, por qué no intentarlo nuevamente reponiendo aquellos actos de gran éxito. Tomó entonces su raído sombrero de mago, realizó los pases cabalísticos y las palabras mágicas conocidas y por conocer, concentró su mente febril al máximo y… taran tan tan tan tan, brotó del sombrero del mago una “nube” de polilla para asombro del propio mago y de la escasa concurrencia que enmudecida no atinaba si aplaudir, decir cualquier tontería o de plano llorar decepcionada.
El mago ilusionista, al fin hombre de muchas tablas, encajó el rotundo fracaso y en un alarde de improvisación trató de revertirlo en triunfo personal diciendo: "Algunas polillas que vuelan durante el día, realmente pueden engañarte. Éstas ni parecen ser polillas. Esas que tienen rayas color amarillo y negro sobre su cuerpo peludo, parecen ser una abeja. Esa es una excelente manera de alejar a sus depredadores. Una polilla crepuscular, como aquella, ni se molesta en esconderse. Vuela durante el día. Sus alas brillan color dorado, azul, rojo y violeta. Los colores le advierten al depredador que la polilla tiene un mal sabor”*. ¡Soy la luz! ¡Y a mí conjuro pululan las polillas! Terminó gritando el mago, ahora con la mente extraviada.
*https://es.wikipedia.org/wiki/Tamariz#mundo_de_magia
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