La primera noche te observé en silencio y te desee en secreto hasta que te borré de mi mente.
La segunda noche te aceché hasta fundirme en un abrazo hasta que olvidé tu nombre que nunca supe.
En la tercera fase me deje llevar y me embarqué en el océano de tus pupilas mientras el azúcar bañaba la tarde hasta que mis letras te despidieron.
La cuarta noche me enseñó a comprenderte en las distancias permitidas mientras mis pasos se alejaban de la meta de mis dias.
El quinto día me regaló tu alma mientras en tu compañía abri mi caja de pandora, busque en la oscuridad de tus mundos y hui hasta encontrarte en la noche.
El sexto día entendí que cada luna me apartaba de ti y me enseñaba a mirarte desde otra galaxia, cambiando mi punto de vista, sin mirarte. Hasta que esa noche sacié tu deseo y te olvidaste de mi como el cruel amo olvida a su perro.
Siete lunas fueron suficientes entre sonrisas, recuerdos y rescates.
Siete lunas para quererte, siete lunas para olvidarte.
Texto agregado el 20-06-2015, y leído por 87
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