Me encuentro viendo el mundo pasar, alejándome de mi, de todos, del mundo y de las preguntas que me acechan a cada momento... Me siento como el sol que se agota, que se esconde en el último segundo, como la ola que porta la fuerza del mar y se transforma en espuma blanca al chocar con la tierra; me siento como el brillo tenue que desaparece, dando paso al reflejo de la luna y la oscuridad abrumadora...

Temo estar donde no debo, temo no saber del pasado ni del presente, del mañana, del ayer, del silencio que me aterra.

Temo echar raíces, ser hoja perenne del Drago milenario, producto del consumo y dirección sin sentido. Temo olvidarme de mi y de mis sueños.