Cambio
Esa noche Roberto salió de la facultad de bellas artes y se dirigió a su casa como todos los días, pero ese no era un día mas, había llegado el momento de decirle y confesarle a su padre la verdad. Era el menor de los hijos de una familia numerosa compuesta por 6 hermanos, 5 de las cuales eran mujeres. Mientras viajaba en colectivo sentado y cruzado de piernas vestido con pantalón chupin, camisa, saco y chalina al tono pensaba como iba a reaccionar su padre, no le preocupaba la reacción de su madre la cual no le cabía duda que lo entendería, pero con su padre iba a ser muy difícil ya que era una persona muy estricta, conservadora e inveterado y sentía que había puesto muchas expectativas en él ya que en varias oportunidades le había dicho que tuvo tantos hijos porque esperaba ansioso la llegada del varón. Recordaba lo furioso que se había puesto cuando le dijo que abandonaba la carrera de ingeniería luego de dos años brillantes para comenzar la de bellas artes. Bajó del colectivo y caminó las dos cuadras que lo separaban de su casa, sabía que ese día su padre iba estar sentado en el sillón del living fumando su pipa con el vaso de whisky apoyado en la mesa ratona y leyendo alguna novela de Vargas Llosa, su autor preferido. Colocó la llave en la cerradura, abrió la puerta lentamente y entró, enseguida le dieron muchas ganas de girar sobre sus pasos y salir de ese lugar, pero la decisión estaba tomada y había que afrontarlo. Mientras caminaba sentía como hilos de sudor recorrían su cara como si fueran lágrimas desprendidas de sus ojos. Se acercó y titubeando le dijo:-buenas noches papá, tengo que confesarte algo que lo vengo reteniendo desde hace tiempo y no me deja ser como realmente soy. Su padre dejó el libro sobre su regazo y con mirada exaltada lo incitó a que continuara. -Se que te voy a defraudar y que nuestra relación no va a ser la misma, pero yo te voy a seguir queriendo, porque nunca vas a dejar de ser mi padre. Agachando la mirada para evitar el contacto visual y con vos de suplica le dijo, perdón papá, no soy hincha de boca, soy fanático de river.
By Pato Buratti
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