Me miras, y miro el aire delante de mí,
detrás del aire, la superficie de mi piel,
cubriendo músculos, grasas y carnes,
que asentadas sobre huesos protegen
órganos, nervios, venas y arterias.
Y dentro de ellas, fluyendo, roja sangre,
esa trama que siempre se altera
cuando me miras y miro, dentro de mí,
como bulle la sangre inflamando arterias,
alterando nervios, inflamando órganos,
que, sin importar de que haya huesos,
recorre grasa, carne y músculos,
enrojeciendo de la piel cada tramo,
erizando bellos y calentando el aire,
que delante de mí, te alcanza y te abraza,
para que mire como me miras, así,
como si me miraras por dentro. |