Un día soleado sorprendió el rostro dormido de Ángela quien aun andaba soñando, fingió no darse cuenta de la claridad y seguir durmiendo pero el rayo de sol logro ubicarle el rostro y acariciárselo, no tuvo más remedio que levantarse y salir de su cuarto a ver que había preparado su madre de desayuno, la primera imagen que vio fue a su mamá rezando el santo rosario, viéndola la invito a acompañarla, a lo que Ángela hizo un gesto de desagrado y se devolvió a su cuarto.
Entrando a su cuarto vio una virgen en su mesita de noche, al verla su enojo y repulsión fueron tan grandes que tomo una escoba y la saco de su cuarto a escobazos no resistía siquiera tomar la imagen con sus manos, su madre llego al instante levantando a su virgencita del Carmen y reprochándole porque la había votado, Ángela le dijo- Mamá sabes que odio que coloques esa virgen en mi cuarto, no lo hagas tu sabes que no lo soporto te lo he dicho miles de veces. – Hija y yo te he dicho dos mil veces que la virgen es la que nos protege de todo lo malo de este mundo, no seas grosera con la virgen. Ángela tomo su toalla y entro al baño ignorando a su madre, se cambio, desayuno y salió a verse con sus amigas.
Ya estando con Alejandra y Andrea empezaron a planear un encuentro secreto a mitad de la noche en el bosque que estaba afueras del pueblo, su encuentro incluía bebidas alcohólicas, un poco de la mata que mata (Marihuana), música metálica, sexo con los chicos y chicas que iban a ir y también el juego de #charliecharlie, que se trataba de invocar a un supuesto espíritu a través de dos lapiceros, todo estaba previsto para pasar una noche llena de locuras.
Con todo el agite de la preparación nadie noto que Ángela lucía un poco diferente, que tenía lapsus en los que parecía demente, estando ya en su cuarto luego de colocarse su pijama se percato de que su mamá había colocado nuevamente la imagen de la Virgen del Carmen, se indigno tanto que la sujeto con su mano para estrellarla contra la pared, pero luego de haberla agarrado sintió como si esta imagen estuviera cubierta de acido, su grito retumbo por toda la casa, su madre al oírla gritar, llego casi al instante hasta su puerta tocando para que le abriera porque no sabía que le había pasado a su hija, Ángela abrió y le mostro su mano con una quemadura que tenia la imagen de la cara de la Virgen, -mami mira lo que me hizo tu dichosa Virgen, mira! Mira bien Tu qué dices que es mi protectora pero no lo es, como me dejo mi mano, sácala de aquí! No quiero que la vuelvas a colocar en mi cuarto. Su madre no pudo entender como se le había tatuado la imagen de la Virgen a su hija en la mano, le coloco un remedio casero para que se aliviara, y se fue a su cuarto a dormir.
Ángela cayó en un sueño profundo, en medio de sus sueños caminaba y detrás de ella venía una sombra que quería acompañarla, era sórdido aquel paisaje tan desolado lleno de tanto dolor, hombres y mujeres, o mejor dicho piltrafas humanas que se lamentaban a cada lado de ella, el camino era interminable, tantos seres llenos de dolor pero ella llevaba una sonrisa en su rostro se sentía tan bien al verlos de tal forma.
Siguio caminando hasta llegar a una casa con una puerta enorme, se abrió y ella entro, dentro había un espejo, en el que se veía su reflejo pero era algo extraño, era ella pero se veía de forma tan diferente, su cara estaba demacrada, sus ojos eran oscuros totalmente, sus ropas rasgadas llenas de sangre.
Detrás de ella vio a alguien llegar lentamente, un señor de gran corpulencia que se paraba justo al lado y le susurraba a su oído algo, ella no le entendió y le pregunto: ¿Qué dice no logro escucharlo?- en un tono más alto ese señor le dijo nuevamente: bienvenida hija a tu casa, se acerca el día en que tu y yo seamos uno solo.
Ángela se aparto de aquel hombre llena de terror y le pregunto ¿Quién eres Tú? ¿Qué quieres de mi?, al mirarlo de lejos pudo verlo completamente, fue ahí que ella sintió un terror que le recorrió todo el cuerpo, lo observo y no daba crédito a lo que veía, jamás pensó que en realidad existiera tal ser, era un hombre de tez blanca corpulento con los ojos igual como se los había visto ella en el espejo oscuros totalmente, su cara estaba con pedazos de piel cayendo, pero su mirada estaba llena de odio, muerte y sangre detrás de él habían dos siluetas que parecían de humanos pero en realidad eran dos seres que tenían sus ojos rojos, su piel era extremadamente seca llena de llagas que parecían no dolerle, llevaban en las manos una lanza que en su punta tenía una llama que no se apagaba ni se consumían.
Con todo eso Ángela no se movió y sintió aquel sitio a aquellos seres parte de sí misma volteo y miro a su alrededor y ya el camino por donde había llegado no estaba, solo vio un mar de sangre y miles de cuerpos flotando en el, en ese instante sus labios se abrieron y gritaron: Mamáaaaaa!!!!!
En ese instante recordó en su cama llena de sudor, y su pijama estaba llena de sangre, corrió hacia el baño a cambiarse, miro el reloj y vio que eran las 3:30 de la madrugada, volvió a su cama a intentar dormir pero no logro conciliar el sueño.
Ese día paso todo el día extrañando aquel paisaje con el que había soñado, sintiendo aquel olor de cuerpos podridos, no lograba entender porque pensaba esas cosas.
Su rostro se veía ojeroso más pálido que de costumbre, mas macabro que el que había visto en aquel espejo, siguió con sus planes de ir a reunirse con sus amigos en el bosque para embriagarse, y tener sexo sin control, creía que solo así lograría borrar aquel sueño que se le había metido en cada poro de su ser.
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