En lobo, en caballero antiguo y hasta en un anciano me he convertido. Esta es la magia de los versos. Me han trasladado desde de una época de caballeros y castillos hasta a un mundo en donde las personas vuelan y los peces caminan.

Oh, ¡Mis adoradas palabras! Llegan a ser un escondite al cual escapo para olvidar una triste realidad. En este adorable lugar, amor he encontrado y al enemigo más temible me he enfrentado.
¡Qué poderosas las palabras son!

Sé que no son más que un par de simples frases mágicas, pero cuán deliciosas pueden llegar a ser. Devoro versares; cual niño, sus dulces. Y qué dulzura siento recorrer mis venas, cuando estas logran hacerme sentir calor y estar vivo; mis ojos dejan de estar vacíos, cual desiertos ,y logran hacer que la lluvia caiga, recorra mis rostro y humedezcan mis labios.
Oh, ¡Cuánta dulzura pueden poseer unos simples versos!