No sé que me ocurre ésta noche.
Abro la ventana,
observo el universo
con una sonrisa nostálgica
difuminada en su semblante.
Despojo mi corazón
del deseo irresistible de amar.
Prefiero perderme
en la soledad de la noche
despojado de sensualidad.
El frío hiere mis huesos
doblegando mi sentimiento,
deseando tan solo una ¡Caricia!
de una mano tibia
que avive mi deseo.
Contemplo el cielo
y veo la luna indecisa,
parece sonreír con timidez
como, cuando una adolescente
pierde la inocencia
y se escabulle,
escondiéndose
detrás de velos blancos,
nubes en voluta que se deshacen
entre estrellas que se apagan
como bostezo en la noche.
JOSE NICANOR DE LA ROSA.
Texto agregado el 15-06-2015, y leído por 575
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Me has hecho suspirar con tu luna indecisa. krisna22z
19-06-2015
Como siempre excelente, me quede sin palabras. Simple pero a la vez impactante. Felicitaciones como siempre. 5* dfabro
17-06-2015
Buen texto. Se leen otras circunstancias. avespaciano
17-06-2015
Los deseos son quiénes motorizan nuestro avance en la vida. Si dependiéramos de otra persona para que avive los mismos estaríamos en serios riesgos. De todos modos la belleza de tus expresiones demuestra lo contrario a lo que proclamas, brillas con luz propia. -preciosa-