La vieja ciudad
Bajo su calado cielo gris
Ha perdido su antiguo esplendor.
Monstruosa megalópolis
Desparramada entre arenales
Y el río hablador.
Hirviente marmita
Donde confluyen
Todas las sangres.
De su puerto
Salen toneladas de cocaína
Hacia la decadente Europa
Y sus políticos venales
Se reciclan en cada nueva elección.
Y aun así
La poesía, terca, sigue creciendo
Como una voluptuosa flor de maguey
En medio del desierto.
Texto agregado el 14-06-2015, y leído por 164
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