Estallaban estrellas entre tu boca y la mía,
Y en tus ojos de sombra la lluvia rompía.
Qué néctar sublime, qué roce entibiado,
Tu lágrima muda cayendo en mis labios.
Tormenta encendida, aluvión de verano,
La noche que brilla y serena tu llanto.
Amanecer que asoma, sediento de amor,
Envidia esa lluvia que el sol devoró.
Texto agregado el 14-06-2015, y leído por 157
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