Argentina se prepara para elegir un nuevo presidente y las opciones no estàn claras. Por un lado està el oficialismo con un discurso basado en la mentira permanente y por el otro una oposiciòn que evita profundizar en el debate de conceptos ideològicos o macroeconòmicos, prefiere captar simpatizantes atacando los flancos màs dèbiles del kirchnerismo como son la corrupciòn generalizada y el evidente fracaso de sus polìticas econòmicas. Ninguno de los bandos en disputa plantea medidas realmente revolucionarias y Argentina necesita imperiosamente de tales medidas para cambiar un presente de ignominia y un futuro nefasto. Un paìs sin moneda, sin seguridad, sin justicia y sin educaciòn està destinado al fracaso. Es probable que haya una segunda vuelta electoral ya que el oficialismo, segùn algunas encuestas serias, cuenta con no màs del 35% de votos a favor y en segunda vuelta, el candidato que tenga la suerte de llegar, captarà el apoyo de casi todos los votantes que quieren un cambio. Ganarà sin duda el voto opositor y tendremos una cara nueva en el "sillòn de Rivadavia". ¿Alcanza con eso? Por supuesto que no. ¿El problema del futuro fracaso serà el candidato elegido? Tampoco. La suerte està echada y nos aguarda el abismo, el verdadero problema argentino no son los elegidos sino los electores.

ergo.