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Años atrás, tal vez unos cuatro, empecé a sentirme un tanto extraña, cierto día desperté y me noté confundida, no era la misma y a pesar de siempre saber que era “algo diferente” a los demás, una mezcla de locura con cordura, de fantasía con realidad, incluso extremos de música rock con baladas o películas de terror con drama en fin un amasijo incomprensible, pero ese día era distinto, no sabía si me gusta sentir lo que sentía o me daba miedo, por lo cual preferí reservarme de comentárselo a alguien y como todo chico y chica adolescente apenas llegue del cole fui a consultar en Internet, sinceramente no recuerdo si me ayudo o me confundió más, el hecho es que, a pesar de explorar en me seguía sintiendo confundida por lo que decidí dejar que pasara el tiempo, tal vez así me olvidaría de eso y como estaba en un curso donde jamás faltaba la alegría y las locuras se me hizo un poco más fácil olvidarme de ese tema aunque no fuera en su totalidad, eran tantas las locuras que no tenía tiempo de pensar en eso y la vida siguió.


Bueno, transcurrieron un par de años y me paso algo inesperado, al cruzar el último año de bachillerato me desaté de una manera en la que no me importaba nada, si iba al cole estaba bien y si no mucho mejor, a consecuencia de esto perdí el año (cabe recalcar que a nadie le deseo esto, no es lindo y más aún cuando tus “amigas” de toda la vida simplemente fueron compañeras). Por suerte, a pesar de ser reservada con mis sentimientos siempre he sabido tener buenas relaciones, así que adaptarme a un nuevo año con mis nuevos compañeros no fue para nada complicado, conocí personas excelentes y amigas con las que teníamos una amistad muy sincera y sobretodo mucha confianza, hablábamos de todo, desde criticar a los profes y compañeros hasta temas de actualidad, es decir de todo un poco.

Había pasado ya mucho tiempo desde aquel día “diferente”, y el tema según yo estaba olvidado hasta que una tarde en la que me reuní con mis compañeras y empezamos una rueda de confesiones, los típicos juegos en los que se sacan las verdades y comenzamos:

-A pesar de todo lo que me ha hecho aún sigo enamorada de él, dijo Mabe.
-Ya lo sabíamos. Contestamos todas.
-La siguiente, la siguiente. Grito Betty.
-Yo les he mentido dijo Isa, “soy virgen” y todas nos soltamos a carcajadas incluida la misma Isa.
-Yo tengo que confesar algo fuera de lo común dije.
-Un momento de pausa entre nosotras.
-Y después de varios segundos me retracté e inventé algún pretexto vago que ni recuerdo. Cambié de tema y las confesiones quedaron inconclusas.

Después de unos días Mabe una de mis mejores amigas me pregunta sobre aquel día, pues se había dado cuenta de que esa no era mi confesión y estaba preocupada. Yo ya estaba para ese entonces ya en un estado de desesperación y terminé abriendo mi corazón, le confesé que era extraño, poco común incluso hasta confuso para mí pero que después de tanto tiempo tenía que aceptar que sentía cierta atracción por las mujeres (fue un alivio al contárselo a alguien). Mabe por otro lado reaccionó con normalidad, con las típicas preguntas de ¿está segura? ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me dijiste antes?... Segura, segura no lo estaba y a pesar de no haber estado con ninguna mujer ya no me fijaba en hombres, ya no parecían atractivos, eran solo amigos. Mabe muy discreta me hizo saber su apoyo como amiga y el tema quedó ahí.

Pasó algún tiempo más hasta que decidí contárselo a Fernando un amigo muy cercano, el que al enterarse y pasada la impresión inicial me llevó a uno de esos bares de ambiente; la verdad es que en un principio me sentía muy incómoda y hasta avergonzada, pero un par de cervezas adentro ayudan a relajarse, lo difícil era esa nueva experiencia de interactuar con una chica “en otro plano”, mi amigo me propuso que le ofreciera un vaso de cerveza a una chica que me llamó la atención. Me decidí y lo hice.
Me acerqué a ella muy nerviosa (mientras de fondo sonaba una canción “mi vida sabe a ti” de Marco Di Mauro).... Se encontraba sola, sentada en una esquinada, con jean color azul oscuro, botas y una blusa negra un poco descotada, me senté junto a ella su nombre Alejandra y así empezamos a conversar.

-Ya conocías este lugar me preguntó.
-No, la verdad es primera vez que vengo, respondí.
-Ya veo tranquila no estés nerviosa a todas nos pasa la primera vez.
-Si la verdad si estoy nerviosa bueno recién estoy aceptando esto y todo es nuevo.
-O sea que no has estado con una chica.
-Mmm… no como te dije recién lo estoy aceptando.
-Yo te voy a enseñar a perder el miedo, me sonrió.
-¿Si? Gracias eso quiero, y también le sonreí.
-Bueno ya basta de mucho bla bla blá ¿quieres bailar?
-Claro, bailemos. Durante el tiempo que bailamos (yo incomoda por supuesto) me pregunto
-Qué pensarían tus padres si se enteran que estas bailando con una chica
–Respondí al instante que se morirían pues son muy conservadores
–Crees que te rechazarían?
–No lo sé tal vez no lo harían pero definitivamente los decepcionaría
–Es decir ellos piensan que es algo malo?
-Supongo (respondí insegura)
–Y tú que piensas crees que algo malo?
–En realidad no sé qué pensar, es decir aun es bastante confuso, siempre me han enseñado, bueno ya sabes mujer con hombre, hombre con mujer
–Tú me quieres decir que si alguna vez te llegas a enamorar de una mujer por mas amor que le tengas no lo aceptaras?
-Solo digo que no sabría cómo actuar ante esa situación claro si alguna vez llegase a pasar
–(Ella muy sutilmente me dijo) no elegimos de quien nos enamoramos y si lo dejamos ir igual y nos arrepentimos toda la vida (una frase que había escuchado de una serie)
–yo solo sonreí (pero me dejo pensando pues en sus palabras tenía razón)… Bueno seguimos bailando y era mi turno de preguntar…
-Y bueno dime tus padres saben que te gustan las mujeres?
–Claro que si
–Y que te dijeron cuando se los comentaste?
–Mi padre aun no lo acepta mi madre como dicen por ahí se hizo al dolor
–Ya y tu como tomaste la reacción de tus padres?
–Bueno en realidad prefiero mi felicidad ante todo
–Me gusta como piensas y sonreí… seguíamos bailando y conversando cosas que realmente no eran tan importantes simplemente para romper el hielo jajaja (después de un buen rato) me dijo.
-Oye ¿te puedo preguntar algo?
-Claro pregunta lo que quieras, le respondí.
-¿Me regalas un beso?
-Solo empecé a reír (muy nerviosa) y le dije ¿así de rápido?
-Te dije que te haría perder el miedo y me dijiste que eso era lo que querías.
-Si yo sé lo que dije pero así tan rápido?
-No le des tantas vueltas solo dime si y listo o te lo tendré que robar.
-Entonces sí, respondí con una voz titubeante.

Me cogió la mano y me llevo a la mesa donde estábamos, nos sentamos se acercó y antes de que me diera un beso, dijo al oído “tranquila si no estás segura solo dime” pero antes de responder cualquier cosa ya sentí sus labios en los míos tenía una mezcla de sentimiento pareciera la primera vez que besaba en mi vida me sudaban las manos, mi corazón latía a mil, mis pensamientos volaban y en ese instante lo único que me pude dar cuenta es que ya no estaba confundida, estaba segura de lo que quería, lo que sentía y me gustaba…

Texto agregado el 10-06-2015, y leído por 239 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
11-06-2015 no me esperaba el final. Bien hecho CJVR
11-06-2015 Pues si que es algo inesperado amiga. Valiente texto, con matices muy humanos. Cinco aullidos respetuosos yar
10-06-2015 Toda una aventura en busca del amor.Me gusta la delicadeza con la que tratas el tema.Un Abrazo. Gafer
10-06-2015 ¿ Qué importa a quien amamos mientras esa persona nos ame también ? autumn_cedar
10-06-2015 Cómo dices... Inesperado. Buena narración. PiaYacuna
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