Camina solo bajo la lluvia, abrigo largo y negro le cubren, el aguacero camufla sus lágrimas.
Vaga sin rumbo en un mundo hostil, ha recordado nuevamente lo que sienta ser humano.
Igual que un ángel o un demonio, vino al mundo de los mortales a sentir su calor y terminó hechizado. Toda magia tiene un final, todo camino tiene una meta.
Nuevamente no sabe quien es. Nuevamente no sabe que hace.
Mira el cielo en busca de la maldita luna, astro maldito que se oculta risueña tras nubes tormentosas.
Quien fue caballero ya no tiene reino. Quien fue violinista ya no tiene instrumento. Quien fue poeta, ya no tiene musa!
Nuevamente libre de sus demonios, el exorcista camina en busca de su nueva aventura. Nuevamente libre -se dice a si mismo-, de qué vale, cuál es el precio?
Sigue vagando, sin rumbo, perdido en si mismo, su peor enemigo, él. Su alma nuevamente perdida en memorias ajenas, cuanta nostalgia este sentimiento pútrido que le acecha.
Armas? Ya no tiene. Deseos? Tampoco le quedan. Solo se limita a respirar y seguir vivo, que el viento sople y le mueva a donde le plazca.
Finalmente se calma un poco, sin rumbo insisto. |