Le propuse pegarle para poder desquitarme de toda la rabia que le tenía, por distintos motivos, era la única forma de quitarme esa ira...me dijo que sí....fuímos a una comisaria para dejar la constancia que le haría daño, sin matarlo y mi víctima me estaba autorizando.

Ni siquiera se imaginan la cara de espanto que pusieron los señores de la justicia...

Llegué a casa, durante el trayecto me imaginé azotarlo en la pared, darle combos, patadas, sacarle los dientes, pegarle en su intimidad y cuando quise hacerlo, no lo logré...

Sin embargo, el solo hecho de imaginarme esto ya me desahogué :)



Nota: Quizás sería mejor ir al desierto y gritar, pero él ya sabe que no estoy en paz con su forma de proceder.

También me dí cuenta que aún lo quiero pero dejé de admirarlo.