El violador la sujetaba del cuello, tras algunos minutos de forcejeo. Jessica se sostuvo fuerte de los brazos de su agresor y se dejó caer. Ambos fueron a dar al piso. Jessica metió su mano debajo del centro de mesa y tomó una jeringa que había dejado ahí unos minutos antes y la clavó lo más rápido que pudo en el cuello de su agresor. Al instante el ketolar comenzó a surtir efecto y Aarón quien la atacaba se desmayó antes de que pudiera pronunciar una palabra. El depredador era ahora la presa.
Pasaron tres horas. Jessica se había asegurado de que la boca, los pies y las manos de Aarón estuvieran bien atados con cinta adhesiva. Lo tenía desnudo acostado incómodamente sobre su espalda en la bañera, se escuchaba Suntuosa de Esika en segundo plano y se había servido una copa de Trapiche. Aaron estaba empezando a entrar en razón. Abrió los ojos.
"Es bueno ver que estás despierto, me estaba aburriendo", le dijo mientras bebió un poco de vino. "He esperado mucho tiempo para verte despierto, ya sabes. Pero valió la pena, Dios mío, valió la pena. Te observé por muchos días mientras me seguías en estas últimas semanas y debo decir que, en un principio no estaba segura de que eras el indicado. No fue hasta que me seguiste a mí casa que lo supe: ¡eres el elegido! Esperé por semanas y apenas había podido contenerme”. Lo observó detenidamente. “Me doy cuenta de que también tienes una necesidad como la mía. No es frecuente que nuestra especie se encuentre entre sí, pero esto nunca pasa sin una buena razón, ¡nunca!".
Jessica entró a su habitación y comenzó a quitarse la ropa de fiesta que tenía puesta y a vestirse con la vestimenta que tenía depositada cuidadosamente en la cama. Se aseguró que Aarón viera mientras se cambiaba. Una vez desnuda comenzó a vestirse con su nuevo vestuario que consistía en un plástico transparente en general con delantal quirúrgico para salpicaduras de fluidos que le iba bien a juego y un par de guantes de látex. Tomó un inusual cuchillo de carnicero original de las tribus nativas de oriente. Era sólo una pieza sentimental desde el año pasado. Aferró su mano derecha al cuchillo. Eran casi las 2 am. Dio un largo sorbo al Trapiche y exhaló. Ella estaba lista. Se acercó al baño, el cuchillo se balanceaba en su mano izquierda. Miró con ojos de inocencia a su ahora presa, quien yacía indefenso en la bañera. Aaron comenzó a murmurar de detrás de la cinta adhesiva.
"Voy a tomar eso como algo bueno por un momento", dijo. Luego se inclinó y le quitó la cinta de la boca a Aarón. Se dio cuenta de que él no tenía la energía suficiente para gritar. Todavía estaba muy somnoliento e incapacitado. Empezó a hablar, pero en un susurro.
"Yo creo en Dios, él me creó, pero estoy dañado". Jessica movió sus ojos hacia arriba y suspiró mientras negaba con la cabeza.
"Dios no te creó. Dios no creó nada, el hombre creó a dios para controlar a sus semejantes. Y tú, tú no estás dañado, simplemente no has entendido quién eres y qué debiste hacer”, dijo Jessica.
“Pero yo te entiendo, estoy totalmente de tu lado aunque no me lo creas. Tenemos una necesidad que requiere atención y de esa manera somos muy parecidos, tú y yo", dijo Aaron.
"No somos nada igual”, alzó la voz Jessica. “¿Quieres saber por qué? Te lo diré. Eres un descuidado, no haces bien tu tarea. Es por eso que no somos iguales ¿Qué sabes de mí, eh? No lo suficiente. Esto es lo que sé de ti, Aarón: Tú naciste en 1984. Eres hijo de Estela y Aarón Noguera. Eres un mal trabajador entregando las pizzas a domicilio. Conozco tus víctimas y sé de tu colección de trofeos, además conozco las herramientas que utilizas. Haces lo que hace por la emoción y el sentimiento de control. Yo, por otra parte, comenzaré a hacer favores a la sociedad, esta noche haré el primero y después seguiré y seguiré".
Se acercó con el gran cuchillo por encima de su cabeza.
"¡Espera! Por favor, espera. Puedo cambiar", dijo Aaron.
"¿Cambiar? ¿Qué es eso?”.
"Tú me puedes ayudar. Sí he cometido errores, no debería haber venido aquí. Déjame ir por favor", dijo desesperado.
"¡Cállate! No puedes hablar solo porque no tienes cinta en la boca. No se trata solo de lo que sucede en esta bañera, se trata de lo que pasa allá afuera. Se trata de ti, Aarón. Si hubieras hecho tu tarea pronto y sin preámbulos y me hubiera cogido rápido esto no habría sucedido”. Y le clavó entero el cuchillo seis veces en el abdomen y el pecho.
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