Lo importante no es tanto a veces la velocidad, como la constancia. Dicen que es un problema con doble incógnita y que supera la vieja tradición de los polinomios. Pero si nos acercamos a la cuestión de fondo, a esa simpleza de la base, encontramos que es una ecuación más que compleja para cualquier descorazonado ojo.
¿Cómo nos encontramos entonces? Si los mensajes se nos pierden por disparatados, por incongruencias, una sensación de estar explayado en otra circunstancia, de estar generando palabras descontinuadas para la aprehensión del otro, de vos, que estas ahí, mirándome extrañado...
¿Donde nos encontramos entonces? ¿ Y por qué buscamos comprender-nos?
A veces me llega el sabor de algo familiar, ya conocido, por la ausencia de sentido que me genera. Casi como lo restante, lo faltante, lo vacío dentro de un imaginario. ¿Será una base en común lo físico? ¿Los dos ojos, dos orejas y una sola boca? ¿Será la base en común el deseo entre dos bocas?
¿Acaso se va mas allá del cuerpo, y entra en el campo de la acción? ¿El habitar, generar, crear?
¿Y el descontento donde esta?
¿Sera eso? ¿El descontento?
¿O qué más podría ser?
¿Dónde nos podríamos ver? |