Sin rumbo,
buscando mi rumbo,
un día cualquiera
te encontré.
y allí mismo,
en el centro primigenio
donde el desamor
todavía hiela
a la esperanza
me aferré.

Quise trazar tu mapa
Y me creí
el oriente
Que te llevase
al continente
De los besos eternos
De las caricias infinitas
De tu piel
contra mi piel

Más nunca imaginé:
Esta noche solitaria,
el espacio vacío
de tu lado de la cama,
una brújula triste
y un astrolabio insensato
que nunca
se supieron entender.