La boca en un rictus casi maligno, la mirada perdida y vacía. El cuerpo desbaratado como una marioneta que la han cortado los hilos y el titiritero dejó arrumbada en el olvido.
Solamente palpita el pecho, como un tropel de animales desbocados. Y hasta eso va menguando de a poco.
Así me siento. Si aún tengo el corazón/alma, creo que poco le queda porque está muy roto.
Y por cierto, ya no soporta mas remiendos. Ojalá parara de una puta vez…
Magarosa. 01/06/2015