Trueque:
Volví donde había decidido no hacerlo, pero no pude evitarlo, lo recordaba a cada instante, sus suave danza de manos, su calor y enigmática forma de ser.
Prometí no intentar caer en tentación pero mi espalda, mis piernas, mi alma y mi todo yo lo pedían a gritos.
Ahí estábamos nuevamente juntos, esta vez no me desnudé completamente, pensé que ese minúsculo calzón me salvaría de la emoción orgásmica de sus manos.
El turno era primero para mí, boca abajo en esa camilla tibiecita me entregué…ahí estaban sus manos sobre mí, en un comienzo tiritaba pero a los pocos minutos me relajé.
Por donde estas pasando tus manos me pregunté en silencio….cerca de mis glúteos, cerca de mi escasa cintura, cerca de mi intimidad, de pronto me besaste y ahí escondida en el orificio de la camilla lloré…
Date vuelta me dijiste, lo hice, no me cubriste dejando mis senos ante tu mirada, me pusiste una delgada toallita en mis ojos para no mirar…
Mi vientre estaba abultado, mi colon irritado, al comienzo me dolía tu pasar pero de pronto fui sintiendo alivio y mucho calor.
Y tus manos tocaron mi clítoris y es ahí donde comenzó la aventura de la pasión, terminé muchas veces, hasta que de pronto me sacaste un poco de la camilla para ubicarte frente a mí y descubrí que estabas sin ropa y que introdujiste en mí tu órgano y lo fuiste moviendo rítmicamente, ay de mí, sentía cosquilleo, placer….qué parte del masaje era ese? Después te fuiste a otro lugar y lo sentí más apretado y por ahí y por allá hablan del punto G, yo vi el abecedario completo.
No podía gritar, era un lugar secreto, nadie podía enterarse de lo que estaba ocurriendo ahí….me tapaba la boca y terminé una y otra vez.
Decidí mirarte, estabas sudando, tu mirada era tan luminosa, me besaste, yo te besé.
Quieres más o ya no? Qué pregunta! Por mí hubiera estado todo el día así, admiré tu capacidad de dar y no expulsar ese líquido espeso, fue mejor…..quizás la anterior vez ese acto fue el qué se fue la energía en ti y yo me sentí abandonada después.
Esta vez la magia y color duró todas esas horas, hablamos algo, nos abrazamos, sentía tu aroma, estaba cobijada, me seguías mirando, yo te miré, mi corazón resucitó, mi cuerpo se convirtió en una prótesis saltarina, alegre y eléctrica.
Esos momentos somos capaces de registrar al otro con mayor claridad, eras tú, hombre joven que conquistó mi parte energética y ahora después de haber dejado ese lugar todo lo veo blanco, con gotas de color.
Tus besos son dulces como miel
Tus manos tibias como un bracerito
Tu cuerpo armonioso
Tu voz suave
Tú aroma exquisito
Tu a ver cómo llamarlo, es pene para que decirlo de otra manera es grueso, potente, duro y sabroso
Así son los masajes, algunos son solo terapéuticos, pero estos son los medicinales, esos que te devuelven el alma al cuerpo, donde te sientes derecha, bella, casi princesa del cuento.
No espero más que eso, sé que tú jamás te fijarás en mí como para acordarte todos los días de este capítulo, así dicen que son los hombres, para ellos esto es algo más, para otras mujeres las más jóvenes una promesa, pero para la autora de esta narración es la verdadera danza de manos que siempre busqué para agilizar mi cuerpo y sentirme más joven.
Eres lo máximo joven de ojos bellos
Eres totalmente intangible, porque cuando quiera tocarte ya no estarás.
Pero si algún día deseas repetir el trueque, bendito whatsUpp y te escribiré un SI.
Nota: Si le haces esto a muchas otras clientes, más que darme pena por querer ser la única, diría que me alegra por las otras….en esto de la magia y color dicen por ahí es cosa de suerte, tal vez la han tenido algunas….yo solo espero poder olvidarte algún día o quién sabe, quizás nunca olvidarte….
Esta es la continuación de la Danza de manos, narración anterior. |