Hace apenas un instante acabo de caer en la cuenta, mientras volvía en moto del trabajo a casa, de que te quiero. Sin más. Sencillamente, con todo lo que conlleva, yo.. te quiero.
Me enamoré de ti meses antes de conocerte. No lo sabía, pero me colgué de los rizos de tu pelo, de nuestras conversaciones de viciosas y contrabando virtual de drogas (las tuyas legales, las mías no tanto), cuando tan solo sabía de ti lo que en unos pocos mensajes y fotos me ibas contando.
Lo sentí al conocerte en persona: tan grande, tan inmenso, inabarcable, tan "ufff".
Lo supe al verte con ella, aunque le diera otro nombre, feliz y risueña... Disfrutando tú -aun queriendo ser yo el motivo de tus sonrisas- y disfrutando yo al verte así. Verte feliz me hace feliz a mi, porque yo te quiero.
Y, si algún día (en un futuro lejano que no espero), dejases de sentir lo que ahora por mi, sería feliz al dejarte marchar -aunque me quedase vacía y rota- y verte enamorada de otra persona.
Ha sido toda una catarsis descubrir que te quiero o, aun más, te amo. Lo real que es, lo veraz que es esa frase de "algún día llegará alguien que te hará ver por qué no funcionó con nadie más".
Sólo quería que lo supieras.
Sevilla, 23/10/2012 a las 21.58
http://elvirayyo.blogspot.com.es/2015/05/confesiones-de-tarde.html?m=1
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