Amar es una actitud
A mi corta edad –en esos tiempo de mis 16 años- a punto de terminar el colegio, enamorado de una adolescente en un grado menor que yo, vivíamos esos “toma y jala” hermosos que a escondidas nos encontrábamos para darnos unos pequeños besos, había ese sentimiento que se notaba en nuestros ojos, en los labios, al tocar nuestra manos disimulados y con el respirar marcado al ritmo del corazón. ¿Era amor? Porque, después de aquella fiesta de promoción que hacía culminar mi etapa escolar y siendo prohibida por sus padres ser mi pareja. Hasta hoy, no nos volvimos a ver. Por años la recordé, pero no pude jamás volverla a ver.
Muy joven, emprendí una carrera técnica; que terminado, ya veía y sentía constantemente a mi lado a esa figura que estaba en las buenas y en las malas. Una mujer, que daría su vida para que yo sea feliz; yo también haría lo mismo. Tres años continuos, no hicieron que cambiara ese sentimiento hacía ella, el perfume en su piel sentirlo cada día era mi aire para vivir, al término de cada día nos encontrábamos para repetir palabras que por años nos decíamos. ¿Era amor? Porque, esa confianza de entregarnos con locura fue disminuyendo, el salir era de parranda, amanecidas y bohemia. Descuidé mi trabajo, descuidamos nuestras responsabilidades. Sus ojos y sus labios me hacían perder la cabeza, al punto que decirle que la amaba, era una obsesión.
Marcado, emprendí viaje a la capital. Adulto y con lecciones de vida aprendidas, a fines de mi base tres con heridas cicatrizadas en el corazón, enamorarse para mí era ya algo difícil. Sin embargo, se me cruza en el camino a quien consideraría mi alma gemela, y lo difícil fue enamorarla; lograrlo fue lo más maravilloso que había considerado hasta ese entonces, porque sí, como un buen amor, no sabía –ahora lo sé- como explicar lo que sentía. Hermosa y natural, inteligente nada superficial, sincera hasta nomás; me sorprendía cómo habría yo poder conquistado, y de lo difícil que fue, nos extrañábamos tan solo pasaba minutos de no estar juntos. Se terminó, ¿cómo?, larga historia. Solo que en el momento menos pensado, un descuido, una pausa o un silencio puede derrumbar lo que consideraba el más purito amor. ¿Fue amor? Ahora comprendo que no lo fue.
Lo anterior, lo viví –al parecer, solo existí- por buen tiempo. Que había cerrado mi corazón por muchos, muchos años. Fueron años duros y fuertes de tener mucha actitud, pocos sentimientos.
Hace poco, empecé mi base cuatro. Soy un hombre soltero y maduro, no soy maricón, te lo aseguro; y en todo este último tiempo no me enamoré; sí obviamente intenté, soy respetuoso de las decisiones, no aprovecho de las buenas actitudes, mucho menos engañar a quien pueda tener un hermoso sentimiento a mi persona.
Y soy sincero y créanme; hay personas que no quieren actitud o sentimiento, a veces solo entregarse pero confiando que solo quedará entre el momento y entre los dos.
Mi corazón sanó de heridas, culpadas, mentadas y mentiras. Sé que ha empezado esas mariposas otra vez en el estómago, tengo esa actitud de hacer el bien y lo correcto ante quien desee compartir su vida conmigo, hasta lograr que ambos seamos uno solo, por un sentimiento.
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