Una fuente coronada de miradas
envejece si sus aguas se le aquietan
hay monedas que se nutren de su savia
y murmullos que pasean en su estela.

Las estrellas se reflejan encantadas
sus colores como plata te traspasan
en el baile de sonrisas allí se elevan
a contemplarse en sus ojos como sales

tulipanes de hojarasca se desvelan
cuando suenan las campanas de la iglesia
en las calles las muchachas te recuerdan
al amor siempre tus aguas bendijeron.

Fuente blanca coronada de mil besos
fuente sabia, fuente hermosa, fuente mía
yo te llevo en mis retinas cargada
tú me fuiste enseñando los misterios
de la danza majestuosa de tus aguas.

MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.