Manzana a quien honor merece…

Tenía 9 años, cursaba el cuarto grado de primaria, era el quinto mes del año, “Mayo”.
Los ensayos para el festival del día de las madres eran la algarabía para quienes participábamos y dolores de cabeza para las maestras y apurancias para nuestras progenitoras…
Todo el alumnado sabíamos que el 15 sería un día especial para nuestras queridas maestras; en casa le pregunte a mi mamá que le podía llevar de regalo a mi maestra Angelina…
Se llevo las manos a las bolsas de su mandil, saco su desgastado monedero, lo abrió y me dijo estirando su mano con unas monedas,
-¡Baja con Don Felipe y le compras la manzana más bonita que tenga!
Salí de volada a comprar la manzana más bonita y colorada, hasta los listones de mi trenza se desenredaban por tremenda carrerota que me eche.
¡Ahí estaba! la mas colorada y bonita de las manzanas, le di las monedas a Don Felipe y regrese brincando de gusto, canturreando esa canción de
Cri Cri ♫ Caminito de la escuela ♪ la-ralara-la-la-la….
Mi mamá ya tenía preparada una bolsa de celofán, la metió y le amarro uno de mis listones rojos, haciendo un moño…
De camino a la escuela me sentía la mas orgullosa de las alumnas, con el mejor de los regalos; al sonar la chicharra, nos formamos, cuchicheamos diciéndonos que traíamos de regalo; en las mochilas y bolsas de las demás niñas, se veían regalos envueltos con papel de china blanco y listones de diferentes colores, otras llevaban flores, bolsas con bombones o cajitas de galletas, yo, muy orgullosa de mi regalo, tenía “la manzana más bonita” de la recaudería de Don Felipe…
El director dijo unas palabras de felicitación a las maestras y les cantamos las mañanitas…
Ya en nuestro salón, la maestra Angelina, paso lista, puso la fecha en el pizarrón y empezó la clase acostumbrada de cada mañana.
-Abran su libro de aritmética en la página 40-
Así avanzo el día, con ejercicios de caligrafía, lectura, multiplicaciones y cuando termino la clase, cada niña iba dejando su regalo en el escritorio, ella daba las gracias con su amable sonrisa…
Cuando me toco pasar a darle su manzana, la más bonita, me dijo con su rostro serio y algo desencajado…
-No puedo recibir tu regalo Isabel-
La mire desconcertada, como si la hubiera ofendido, sentí tristeza, mis ojos se hacian aguita, por mi mente atravesaron muchas cosas;
-claro, después de tantos regalos bonitos-
pensé que el mío era muy feo, de mal gusto…
agache la cabeza, mire mi bolsa y me dijo con esa voz dulce, muy seria…
-Es la manzana más bonita, el mejor de los regalos, pero no la merezco Isabel, porque no soy buena maestra contigo, aun no logro que aprendas y comprendas la aritmética, en cada prueba que califico de ti, me entristece, me preocupa, ayúdame a enseñarte, quiero que tengas buenas calificaciones, entonces, podré merecer esa linda manzana…
Me sentí muy avergonzada, regrese a casa con mis ojos encharcados de tristeza…

Mi manzana, la más bonita, se quedo ese 15 de mayo, en el escritorio de la maestra Angelina…

La lección me hizo comprender que la enseñanza y el aprendizaje van siempre de la mano…

Pintora de letras © 15 de Mayo 2015